Modo noche

«Bulletproof coffee» (o café a prueba de balas)

¿Tienes prisa porque «no ha sonado el despertador» pero la mañana se presenta larga y no quieres salir de casa sin desayunar? Pues dale una oportunidad al celebérrimo bulletproof coffee o café a prueba de balas. No hay desayuno con mayor ratio de energía y saciedad por tiempo invertido.

Archifamoso gracias a Dave Asprey, un emprendedor de sobras conocido por los amantes del biohacking (quienes echan mano de la ciencia más puntera para autotunearse, a quienes presentamos con el ayuno intermitente), este raudo desayuno apodado «el súper combustible para el cerebro» admite algunas variedades. Procedo a sintetizarlas para que decidas cuál te pega más.

Eso sí, olvídate de la comodidad/conveniencia de utilizar café «acometido» a partir de cápsulas de plástico (no queremos desayunar un chute de bisfenoles estrogénicos), ni de café soluble instantáneo (que sí puntúa alto en la escala de los alimentos inflamatorios). ¡Que sea café (idealmente ecológico sin demasiado pesticida) de cafetera!

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Para los clásicos:

La receta tradicional es café con mantequilla, que a mí me recuerda al té con tsampa que ha sustentado las civilizaciones himalayas desde que el tiempo es tiempo. Las infusiones alegremente engrasadas no son un descubrimiento innovador precisamente. Los tibetanos llevan mezclando té con mantequilla salada de yak cientos de generaciones. Y, desde luego, flojos no están.

Para los paleo/vegan/amantes del coco:

Esta versión es mi favorita:  café + aceite de coco. Me  tiene embelesada, es una suerte de café con leche pero sin leche con un ligero sabor a coco. Queda suave, aromático y peculiarmente dulzón.

Para los biohackers que quieran amanecer con un buen baño cerebral de cetonas:

Confieso que algunos días me regalo un buen chute mañanero de MCT Oil [1], (mismamente como este, convenientemente vendido por el todopoderoso Amazon), que vendría a ser un aceite de coco optimizado para aumentar su eficacia como combustible. A diferencia del de coco, no sabe a nada, así que lo reservo para días que se prevén durillos o cuando tengo la cabeza como un bombo y necesito algo de claridad mental. Eso sí, no te pases con él: una cucharada o dos a lo sumo… o tanto tu inodoro como tú os acordaréis.

¿Te pica la curiosidad por los últimos avances en nutrigenética?

Por fin, después de mucho batallar (y más años de los que quiero admitir disimulando cuando alguien me preguntaba sobre la aplicabilidad práctica real de los análisis nutrigenéticos), he conseguido traer a España MyNutriGenes, el «fórmula 1» de los análisis genéticos adaptados a la nutrición.

No puedo prometer que te cambien la vida, pero sí que saciarán tu curiosidad y sed de conocimiento acerca de la disciplina que está llamada a ser la piedra angular de la salud y el bienestar del futuro.

[1] El ya célebre aceite MCT es uno de esos supuestos «keto-básicos». Ese nombre tan poco prístino proviene de las siglas de Medium Chain Triglycerides, la voz inglesa para los triglicéridos de cadena media, que no son más que un tipo de grasa saturada (sí, la que afortunadamente ya se liberó del sambenito de aterogénica en el mundillo de la nutrición académic, cuya liberación homenajeamos aquí) con la particularidad de que su cadena carbonatada no es ni corta, ni larga, sino de longitud media (sí, los bioquímicos serán muy sexys, pero no suelen destacar por su creatividad)[2].

La gracia de estos ácidos grasos de cadena media es que su reducido tamaño permite que los absorbamos a la velocidad del rayo (incluso aunque la digestión no ande muy allá). Las mitocondrias, los orgánulos celulares encargados de fabricar la energía, los queman con mucha eficacia y facilidad (de ahí que a menudo los MCTs se recomienden para mitigar condiciones degenerativas en las que se sospecha de un bajo rendimiento mitocondrial). Y hoy abarrotan las estanterías de las tiendas keto-friendly, porque también aumentan los niveles de cuerpos cetónicos en sangre.

[2] Sus cadenas cuentan de 6 a 12 átomos de carbono, siendo los ácidos grasos de 8 y 10 (el ácido caprílico y el ácido cáprico, respectivamente) los que despiertan el interés de los keto-caminantes. Los apodan «el súper-combustible para el cerebro», porque su tamaño les permite atravesar la barrera hematoencefálica. Y sus curiosos nombres caprinos provienen del vocablo latín para cabra, porque huelen «a granja» y también se encuentran en la leche de cabra. Vale, retiro lo dicho acerca de la poca creatividad de los bioquímicos.

Y si también te invade esa obsesiva pasión por el keto… 

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9 Comentarios

  1. Esther

    Este café lo descubrí hace tiempo, y realmente me encanta. El aceite de coco le da un sabor magnífico a parte de saciar y dar energía. Para mi es el mejor momento del día.

    1. Inesuka

      Sí!!! Completamente de acuerdo 🙂

  2. encarni

    y eso esta bueno???

    1. Inesuka

      a mí me encanta!!! aunque confieso que al principio lo tomaba más por conveniencia que por placer 😀

  3. Bego

    Hola acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho. Enhorabuena. Quería preguntarte, yo pasé una Hepatitis B y mi hígado quedó tocado. El médico me dijo que ojo con los huevos, alcohol, etc… últimamente estoy oyendo hablar de lo positivo de la dieta los carb, pero me entran dudas por la cantidad de huevos que hay que consumir.
    Otra duda es sobre la legumbres y cereales , he visto tus menús y están ausentes, cual es el motivo?
    Agradezco mucho que desde tu experiencia, me aclare las dudas. Mil gracias y de nuevo Enhorabuena por la info que compartes!!

    1. Inesuka

      Hola Bego!
      Estoy más que de acuerdo con el médico en cuanto al alcohol (y añadiría el azúcar y, en especial, la fructosa), pero en cuanto a los huevos no me preocuparía mucho. Tienen muy mala fama, pero es inmerecida (la arrastran de la época en la que se abogaba por reducir el colesterol). Te diría que un par de huevos al día te sentarán estupendamente, aprovecha el desayuno, porque sí, los cereales están súper vetados. Son la antítesis de las dietas low carb (porque son pura glucosa, que es precisamente lo que queremos evitar, y además inflamatorios, así que nos hacen un flaco favor). Con las legumbres ocurre algo similar, aunque en menor medida (alguna que otra sí que me dejo, aquí te cuento por qué).

      Si quieres ahondar un poquito, aquí tengo unos consejiños para recién llegados 😀 y en el apartado «Lo que dicen los Sabios» te resumo toda la teoría que hay detrás de las dietas low carb.

      Ánimo, dale una oportunidad a la dieta, que te aseguro que vale la pena. ¡Bienvenida!

  4. Mari

    Hola, me encanta tu página y tu retórica! yeahh!
    He mirado y no encuentro el aceite de la marca que recomiendas en España, lo pides a Amazón UK?
    Un abrazo y muchas gracias por compartir!

    1. Inesuka

      Hola Mari!!! Qué ilusión!!! Gracias!!! Uy, yo no me preocuparía por la marca en absoluto, con que sea más o menos «güeno» te sentará estupendamente!!! 😊

      1. Mari

        OK! Pue sí que voy a pillar alguno porque hasta ahora he probado sólo con Ghee y aceite de coco… Muchas gracias and keep going! 😀

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Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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