Modo noche

El fin del Alzhéimer (un Hurra para el Dr. Bredesen)

Todos conocemos a un superviviente de cáncer, pero nadie conocía a uno de alzhéimer… hasta ahora.

El Dr. Dale Bredesen es un neurólogo formado en Caltech, una de las mejores universidades norteamericanas. Y aparte de ser un científico e investigador biomédico en extremo minucioso… «los tiene cuadraos’».

Si auguro que Thomas Seyfried pasará a la historia como un poderoso revulsivo en la lucha contra el cáncer, puedes apostar a que Dale Bredesen marcará un hito en los tratados de neurología por ser quien dio el volantazo que permitió confinar al sibilino alzhéimer dentro del cajón de los retos superados.

Igual que ya pasó la época en la que uno se moría de fiebres sin que nadie ahondase más allá, por fin la era en la que alguien muere de alzhéimer tiene los días contados. Ya no habrá que poner cara de póker ni decir «cuánto lo siento… si puedo ayudar en algo, contad conmigo» cuando se nos diga que alguien tiene alzhéimer. Y es que esta condena vitalicia de causa desconocida ya no lo es. Las preguntas que haremos de ahora en adelante serán «¿Está mejor de su alzhéimer? ¿Ya sabéis qué lo provocó

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La paciente cero

La madre de Kristin murió después de 18 largos años de insidioso declive. Fue ausentándose paulatinamente hasta que, todavía viva, abandonó este mundo. Años después y tras recibir su propio diagnóstico de alzhéimer, Kristin dejó de ser provechosa para las compañías de seguros (cubrir los prohibitivos costes de una residencia vitalicia no es rentable), por lo que todas le negaron la posibilidad de contratar un seguro de cuidados a largo plazo. Desesperada ante un futuro ineludible de demencia progresiva en soledad, decidió suicidarse. Por pura serendipia, le confesó sus intenciones a una amiga que conocía la larga retahíla de estudios en los que el Dr. Bredesen había logrado revertir el alzhéimer en ratones. Como último recurso y sin muchas esperanzas, Kristin acudió a él, ofreciéndose como paciente cero.

Hace ya 6 años que Kristin se embarcó en su propia epopeya contra el deterioro cognitivo. Y hasta la fecha, sigue ganando ella. Hoy se cuentan por cientos los pacientes que han revertido su alzhéimer gracias a ReCODE (por Reversal of Cognitive Decline), el protocolo que el Dr. Bredesen compuso a partir de sus investigaciones en el laboratorio. Ha sido precisamente su aproximación holística a la condición lo que le ha permitido vencer donde las farmacéuticas han fracasado. Recomiendo encarecidamente oírle exponer sus tesis si te defiendes con el inglés: te contagiará su motivación y pasión infinitas.

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Alzhéimer como mecanismo de defensa 

Si has llegado hasta aquí, probablemente sabrás que los cerebros con alzhéimer, además de un volumen muy disminuido, presentan las temidas placas de amiloide que se utilizan como criterio diagnóstico. Y en ellas radica el error en el que la investigación médica farmacológica ha venido incurriendo. El objetivo más recurrente es lograr un fármaco capaz de eliminar las placas de amiloide sin siquiera preguntarse por qué están ahí. Esta aproximación se ha demostrado reiteradamente inútil para detener (y por supuesto revertir) el alzhéimer, básicamente porque el amiloide no es el enemigo, es un mecanismo de defensa, un arma que el cerebro blande para contrarrestar ataques.

Así que reducir las placas de amiloide no solo no detiene su formación ulterior (ni el inexorable avance del deterioro cognitivo), sino que tampoco pone fin a la exposición que las causó en primer lugar y encima obliga al cerebro a someterse a la afrenta a pecho descubierto.

 

Mi admirado Dr. Bredesen

Imagina que estás al mando de un pequeño ejército y te ves arrastrado/a a una guerra en la que rendirse no es una opción. Si te atacan inesperadamente, echarás mano de todas las armas de largo alcance que tengas y responderás a la ofensiva. Si fracasas, te verás obligado/a a sacrificar a tus tropas en el campo de batalla (desde los escuadrones de infantería hasta tus oficiales más cercanos) con la esperanza de detener la embestida. Eso mismo hace el cerebro. Para mantenerse vivo, renuncia progresivamente a sus tejidos y habilidades. Y lo primero que sacrifica es la capacidad de crear nuevos recuerdos.

Pero el Dr. Bredesen trae un mensaje esperanzador: poniendo fin al ataque antes de que sea demasiado tarde, el cerebro se regenera. De ahí la importancia de la prevención y la detección temprana.

La primera fase es identificar y eliminar la afrenta para que el cerebro deje de defenderse y pueda intentar recomponerse. El Dr. Bredesen ha identificado 36 causas potenciales, que a su vez pueden clasificarse en escasez de nutrientes esenciales para el cerebro, exposición a tóxicos, la ubicua resistencia a la insulina y factores causantes de inflamación sistémica crónica.

Corte coronal de un cerebro sano versus uno con alzhéimer (US National Institute on Aging)

Así, igual que hoy en día las fiebres ya no son «fiebres», sino «fiebre debida a una infección por staphylococcus» o «fiebre debida a una infección por virus respiratorio sincicial», también el alzhéimer tendrá su apellido. Y según cuál sea, se aplicará una solución u otra. Podrá ser alzhéimer por exposición a moho, alzhéimer por intoxicación por mercurio, alzhéimer por inflamación sistémica por estrés crónico y sedentarismo, alzhéimer por uso de estatinas con presencia de gen APOE4 o alzhéimer por resistencia a la insulina acrecentada por una dieta de alta carga glucémica y pobre en nutrientes.

Alzhéimer reversible… por fin

Los avances médicos tardan una media de 17 años en salir del ámbito académico y empezar a ser aplicados en las consultas. Aquellos que lamentablemente ya hayan echado a andar por la senda del alzhéimer (y sus resignados seres queridos) no deberían tener que sufrir su implacable agonía mientras esperan a que esta información llegue a sus ocupados neurólogos, convencidos de que no hay nada que se pueda hacer. Porque sí lo hay… y mucho. No te sorprenderá saber que la aproximación dietética que pauta el protocolo del Dr. Bredesen es una dieta cetogénica con ayuno intermitente (ve por qué en Antídoto para el alzhéimer). El mejor día para empezar a cuidarte fue hace veinte años, pero el segundo mejor día es HOY.

¿Sabes que el 95% del destino de tu cerebro… depende de ti? 

Ni el despiadado alzhéimer ni las demás demencias tienen cura todavía, pero hoy sabemos que hasta el 95% de ellas se pueden prevenir. Y, afortunadamente, también sabemos cómo.

Blinda HOY tu cerebro de mañana.

2 Comentarios

  1. juan manuel

    se va avanzando…
    gracias por darlo a conocer…

    1. Inesuka

      ¡Ojalá logremos entre todos que el mensaje se difunda!

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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