Ignoro si será porque las noches empiezan a ser más largas, por un trastorno bipolar no diagnosticado (aún) o sencillamente porque «cualquier excusa es buena», pero hoy me he visto moralmente obligada a calmar unas imponentes ansias de dulce.
Y me he regalado unos pegotes de la excelsa mermelada low carb (o coulis, si lo dejáis más mojadico, como yo hoy).
Y es que no solo de aguacate y aceite de coco vive el low-carbista incondicional.
Desde aquí todo mi respeto y apoyo para los que decidáis liberaros de la adicción al dulce de una vez por todas, pero yo opino que la vida nos limita ya bastante como para renunciar activamente a un caprichillo ocasional (ved Edulcorantes: El Dilema o «Mary Poppins solo hay una» para más señas).
¡Encima me lo han puesto «a huevo»! Andaba yo paseando por el mercado cuando los he visto: unos fresones de cultivo ecológico con una pinta tremenda. No dispongo de evidencia gráfica, pero intuyo que mi dilatación pupilar habrá sido rotunda.
En otro momento habría sido disciplinada e ignorado el canto de sirenas (que vivo sola y llevarme tal cantidad de fruta es demasiado tentador), pero hoy me lo merecía y me he dado permiso. He vuelto a casa agarrando una cestita de fragantes fresones maduros como si fuera una quiniela con un pleno al 15.
Y he destinado los más pochos a mi bienamada mermelada-coulis (merme-coulis para los amigos), que es fácil a rabiar y resulta perfecta para embadurnar mis «no-panecitos» de sésamo de hoy.
Si os decidís a darle una oportunidad, sabed que, para probarla, solo necesitáis:
- un «puñao» de fresas, arándanos, frambuesas, moras y/u otras bayas que os apetezca «merme-coulisizar» partidicas a cachillos
- edulcorante opcional (yo no le echo, pero reconozco que mi rollo con el dulce ya roza lo estoico, mejor probadlo a ver)
- el zumo de medio limón y un chorrillo de agua adicional si os gusta más mojadica
Y al cazo con ello a fuego lento. Si os tira más el lado «merme», dejadlo al menos 10 o 15 minutos (según la cantidad que hagáis, puede tardar un ratiño más). Si sois más de coulis, apagad el fuego cuando empiece a caramelizar. Y si veis que el limón no basta y la fruta se seca, echadle un chorrillo más de agua o zumo de limón. ¡Y ya está!
La verdad es que queda exquisita, apenas un pelín más ácida que la mermelada tradicional. Por mi parte, doy por saciadas mis colosales ansias de dulce por una buena temporada (o al menos por unos días).
Eso sí, los edulcorantes que utilizamos (o la ausencia de ellos) no tienen las ventajas conservantes del azúcar, así que consumid el merme-coulis en un par de días a lo sumo. Aunque si lográis que os sobre, siempre podéis congelarlo. Yo nunca lo he conseguido, pero se conoce que la posibilidad (aunque remota), existe 😁
Además de que al hacer y «zamparnos» algunas de las recetas que has publicado he comprobado que están buenísimas!!! En la forma que tienes de explicarte y comunicarte se deduce gran simpatía, corazón y educación….. Quiero felicitarte, sobre todo, por esto último y por supuesto por tus recetas!! Una lastima que no vivamos cerca y poder conocerte personalmente. Un abrazo y mucha fuerza!!.
Oooooh!!! Gaby!!! Qué ilusión!!! Me alegro mucho!!! Gracias 🥰🙏❤️