Modo noche

Pancakes de coco (las jugosas tortitas paleo)

He aquí una de las «vacas sagradas» de los desayunos low carb, los célebres pancakes de coco, las jugosas tortitas paleo que han adquirido el estatus de «receta tradicional» a pesar de que, si fueran humanos, apenas levantarían un metro del suelo.

 

 

Y como ocurre con toda buena receta «antigua», hay por ahí tantas versiones como «paleo-lowcarbistas» de bien. Apuesto a que vosotros mismos «mejoraréis» la mía conforme la adaptéis a vuestro gusto. Hasta entonces, por si alguien tuviera curiosidad, así es como los prefiero yo 😀

 

 

Eso sí, recomiendo hacer poca cantidad, porque necesitaréis hacer acopio de toda vuestra fuerza de voluntad para comeros solo uno o dos. Y la verdad es que, recalentados (o simplemente no-recién-hechos), pierden toda la gracia.

 

 

Así que no contéis con dejarlos preparados para vuestro yo de mañana (a menos que vuestro yo de hoy se haya portado mal y sea una suerte de reprimenda, en cuyo caso, mi modesta opinión está de más 😀).

 

 

Si os decidís, contad que, para un alegre platico de pancakes (o unas 5 tortitas, vamos), necesitaréis:

  • un huevo (con la clara a punto de nieve)
  • cuatro cucharadas de leche de coco
  • una cucharada de harina de coco
  • una cucharadita de canela molida (idealmente, que sea de la verdadera que no daña el hígado) y otro poco más para espolvorear
  • una cucharada de coco rallado
  • un par de cucharadas de almendra molida
  • yo no le echo edulcorante, pero lo mío con el dulce es puro estoicismo, así que seguramente querréis añadirle un poquitín
  • aceite de coco para la plancha (aunque lo cierto es que con mantequilla quedan más doraditas… decidid según vuestro grado de adherencia al paleo y/o el afán por que queden pelín más vistosas 😊)

 

 

Las instrucciones no pueden ser más simples (la única mini-dificultad es idéntica a la de sus papás con trigo y azúcar… darles la vuelta con gracia, salero y – a poder ser- sin romperlas 😊): mezcladlo todo y cuajad cucharonadas de masa por ambos lados en un pelín de mantequilla/aceite de coco. Dadles la vuelta cuando empiecen a salir burbujitas y retiradlas alegremente cuando estén doradas.

Abogo por librarnos de la adicción al dulce progresivamente, pero, incluso sin edulcorantes, resultan en extremo adictivas. Por mi parte, no me dejo comerlas más que una vez al mes (y solo cuando he sido muy buena). Pero debo admitir que, ese día en particular, independientemente de cómo acabe, empieza como un día feliz.

 

 

Tengo en tareas pendientes pensar una manera de imitar el sirope de arce, aunque un alegre espolvoreo de canela en polvo le sienta de maravilla.

Y, los que dudéis de su low-carbismo, ved aquí su resumen nutricional. Ya veis, es una maravilla de desayuno para un domingo feliz.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

Podría interesarte

Este contenido está protegido por copyright. Por favor, para hacer uso de él, contacta con nosotros.