Para Manuel. Gracias (y por el parmesano también) 😘
No os podéis imaginar qué subidones de endorfinas me invadían cuando cierto sublime chef me cocinaba risotto ai funghi porcini (con boletus edulis felizmente hallados en los Alpes y amorosamente deshidratados en casa). Os aseguro que entraba en modo catatónico. Me podrían haber infligido mil torturas y ni me habría enterado (normal que me volviera una adicta incondicional).
No os diré que esta versión low carb os vaya a conducir irremediablemente a experimentar aquel placer absoluto y abrumador, pero sí que aplacará vuestros anhelos risottiles. Que además es mucho más fácil de hacer: no hay que remover durante 20 minutos, ni sufrir porque el arroz quede demasiado seco, caldoso o duro.
Si queréis darle la oportunidad que ya os adelanto yo que merece, necesitáis:
- no-arroz de coliflor/brócoli/calabacín (podéis hacerlo vosotros o comprarlo convenientemente hecho)
- setas deshidratadas o frescas (si son unos deliciosos boletus deshidratados, no dejéis de aprovechar el agua con la que los rehidratéis para cocer el no-arroz)
- sofritillo de cebolla opcional
- cucharada de crème fraîche y/o queso crema
- queso parmesano (menudo vicio tiene)
Empezad por freír las setas en un chorrico de aceite (o en el sofritillo de cebolla opcional). Añadidles el no-arroz, cubridlo con agua (o con caldo si la ocasión lo merece), tapadlo y dejadlo cocer. En apenas 15 minutejos estará listo para apagar el fuego y añadir la crème fraîche y/o el queso crema (le aportará la cremosidad típica del almidón de arroz).
¿A que es fácil? Pues ya casi está. Mezcladlo bien, salpimentad y añadid una cantidad generosa de parmesano rallado.
¡Y listo! Por fin podéis saciar vuestros antojos risottiles.
No os puedo prometer estados de catatonia, ¡pero casi! Confieso que después de probarlo he tenido que echar mano de toda mi fuerza de voluntad para no comérmelo entero antes de hacer las fotos 😋