Apuesto a que conocéis la ropa vieja, una deliciosa receta de aprovechamiento que encima es naturalmente baja en carbohidratos (siempre que se sustituya el arroz con que se suele acompañar por un exquisito y nutritivo no-arroz low carb) 😊
Hay mil versiones de la ropa vieja (con el permiso de los andaluces, hoy me he decantado por la versión cubana).
Los más puristas podrían deciros que se hace con la falda de ternera que ha sobrado del cocido, pero como toda buena receta de la abuela tiene la ventaja de quedar maravillosamente con casi cualquier resto de carne.
Hoy os traigo una versión (que queda absolutamente tremenda), hecha con un sofrito de cebolla, pimientos, tomate natural, restos de pollo al horno, especias y el excelso no-arroz de semillas de cáñamo.
El proceso es simple: haced primero el sofrito con lo que buenamente tengáis (añadid por último el tomate). Echadle un chorrillo de vino (o no) y la carne mechada, especiadlo y cocinadlo unos minutos.
La variabilidad de versiones es poco menos que infinita. Yo aproveché que tenía espárragos trigueros y los añadí (podrían sustituirse por berenjena, calabacín, champiñones, coliflor, brócoli, alcachofas o todo o nada en absoluto). El único truco para darle un toque especial, es añadirle pimentón picante y una cucharadica de curry. Lo adoraréis.
En cuanto al no-arroz, os reto a encontrar una opción más rápida y deliciosa. Me limité a darle un garbeo a las semillas de cáñamo con un hilillo de aceite de oliva y un poco de cúrcuma. Tiempo invertido: 30 segundos.
Si las semillas de cáñamo, este tesoro del paleo low-carbista, aún no forma parte de vuestro arsenal de cocina, no dejéis de probarlas sin más dilación.
Y para que os hagáis una idea de la magnitud del regocijo (una vez mezclado el sofrito con carne mechada y el tremendo no-arroz), confesaré que el tupper (que convenientemente saqué para llenar con la mitad del botín) volvió al armario igual de vacío 😅