Mmmm… Pocas cosas casan tan bien con los calificativos «reconfortante», «raudo» y «fácil» como la tradicional sopa de ajo castellana.
Si además la low-carbizamos convenientemente, se convierte en una auténtica gozada apta para los más vagos y/o poco duchos en habilidades culinarias.
Contamos con la ventaja de que la sopa de ajo ya es naturalmente baja en carbohidratos (hasta el instante en que se le añade pan, paso que omitiremos convenientemente 😊).
Es una receta antigua, así que no se mide por gramos sino por «puñaos» y «pellizcos». Si queréis daros un gustazo (y con ello aseguraros una jartá de energía en la batalla contra vuestros gigantes particulares), sabed que, para un platico generoso, necesitáis:
- un ajo (o dos, si os gusta mucho)
- unos cachillos de tocino, chorizo, morcillica y/o jamón
- un huevo
- un par de vasos de agua
- un puñaíco de cortezas de cerdo (se ablanda y hace las veces de pan) y/o un puñaíco de torreznos a cachicos (si preferís que queden a modo de tropezones crujientitos)
Empezad por freír el tocino, el chorizo y lo que tengáis e incorporad el ajo a rodajicas. Antes de que empiece a dorar, echad el agua y cocinadlo unos minutos. Añadid el huevo y removed.
Salpimentad, echad un toquecillo de pimentón dulce y añadid las cortezas y/o los torreznicos.
¡Veréis como no habrá gigante que ose desafiaros!
Eres el ser más grande que puede caber en ese cuerpecillo
Gracias mil por todo tu apoyo y sabiduría
Cuando la vida cruza gente como tu, sabes que el resultado es eso»vida»
La felicidad, el éxito e incluso el amor, pasan a un segundo plano cuando disfrutas de lo que haces, ya sea que has llegado a ese punto por convicción o por corrección (e incluso obligación)
Disfruta por siempre