Bomboncitos de músico (para amansar a las fieras)
He aquí mi pequeña ofrenda al jabalí curiosón que me persiguió cierto día de verano, cuando iba yo canturreando por el monte. No sé si fue gracias al canturreo (o más bien a que el cariñoso jabatín nunca calificó precisamente como “fiera”), pero lo cierto…