Desde la Caballé y Freddy no se había visto un dúo tan logrado… pura emoción visceral es lo que arranca esta combinación celestial.
Podéis tacharme de chalada, pero imaginaos despertándoos un domingo soleado que ya huele a primavera sabiendo que hay tortitas con jamón para desayunar… Quizás soy yo, que estoy pa’ encerrar, pero admito que me invade una oleada de placer ante la mera anticipación 😋
Y es que hoy os traigo una receta de ciertas zalameras tortitas, una versión ampliada (y más láctea) de los míticos blinis eslavos low-carbizados. Quedan deliciosas como base de canapé o a modo de «pancake» salado. Son rápidas, sabrosas, tiernas y ligeras. Además tienen un aroma mantequilloso que viciará al más estoico.
Si queréis darles una oportunidad en su feliz cometido de alegraros un domingo por la mañana, calculad que, para unas 6-7 tortitas, necesitáis:
- 2 claras de huevo a punto de nieve bien firme
- apenas 2-3 cucharadas generosas de almendra molida
- y otras 2 cucharadas de nata fresca, la nata fermentada o crème fraîche (y un pelín más para embadurnar las tortitas)
- sal y/o especias al gusto
Mezclad primero la nata con la almendra y después incorporad las claras montadas, mejor en dos tandas que se conserva mejor el aire, con una espátula y movimientos envolventes. Y freíd cacitos de masa por ambos lados en una nuez de mantequilla.
Os reto a probarlas y resistir la tentación de acabároslas de una sentada.
Y es que no se me ocurre mejor desayuno que abarrotar convenientemente unas tortitas low carb embadurnadas de crème fraîche con una generosa dosis de jamón. Acepto que requerirá algo de tiempo y dedicación, pero creo firmemente que la recompensa bien los merece.
Y este dúo tiene la ventaja adicional de ser felizmente invocable a voluntad 😊