Solo por la belleza de la palabra zurrukutuna, bien vale la pena darle una oportunidad, ¿no os parece? Aunque creedme si os digo que aparte de la esplendorosa sonoridad de su nombre, en cuanto a sabor y nutrición, también es un auténtico primor ☺️.
Qué reconfortantes son las sopas… Y más si son rápidas, fáciles, sabrosas y convenientemente bajas en carbohidratos. Ved esta versión de la mítica sopa de ajo vasca con pimiento choricero, huevo y bacalao (no lleva pan, pero os aseguro que no lo echaréis de menos).
La ventaja es que, como la mayoría de las recetas de toda la vida, es flexible y adaptable. ¿Que no tenéis caldo de pescado? Con caldo de pollo (o incluso agua caliente) quedará maravilloso.
¿Que no tenéis bacalao? Ningún problema, ¡no decaigáis! Haced una maravillosa sopa de ajo a la riojana, con huevo, chorizo (si hay) y pimiento choricero.
¿Qué hacemos pues? Pues freír unos ajos a rodajitas y añadirles el bacalao, el caldo (idealmente de pescado) y la carne de un pimiento choricero previamente hidratado. No os voy a especificar cantidades, que es una receta de la abuela (y en las buenas recetas de la abuela las cantidades van a ojo y/o al gusto del cocinero y/o comensal)
Si os gusta el picante, freíd el ajo con una guindillica. Llevad la sopa a ebullición, apagad el fuego, añadid un huevo por cabeza y removedlo para que forme esos deliciosos hilos.
Es una gozada de sopa con mil variantes (que queda de auténtico lujo con un poco de perejil).
¡No os creeréis lo bien que cenáis después de 10 minutos escasos cocinando! Y es que hay que reconocer que los vascos saben una barbaridad.
Uno de esos me lo he comido yo!!
Buenísima…
Estómago súper satisfecho…
Buenas noches…
Con invitados así, da gusto. Gracias mamá! 🙂