Modo noche

«La vida es como una caja de bombones… nunca sabes cuál te va a tocar.»

Hay películas para reír a carcajadas, películas para llorar de emoción, películas para sudar la gota gorda, películas para abrazarse a oscuras… y luego está Forrest Gump*. Esta bella oda a la vida, al amor y a la imprevisible voluntad del destino también es un compendio de sabiduría. Y es que puestos a sentarnos a esperar el devenir de los inescrutables designios del azar, mejor que sea bien provistos de chocolate.

Hoy traigo una suculenta delicia en modo «mini» que dejará boquiabierto (y con una subrepticia babilla asomando por la comisura de los labios) a cualquier amante del chocolate: los keto-petit fours de trufa con designio-sorpresa incorporada. Aunque no lo parezcan, son súper sencillos de hacer y el placer abrumador de catar el resultado (y de ver asomar babillas expectantes a su alrededor) merece cada minuto y cada gesto.

Solo hay que cortar cachillos de bizcocho de chocolate low carb (idealmente, bajito – para mi molde de 22cm he usado la proporción para 2 huevos hermosos) y (después de dar buena cuenta de los retales – o congelarlos para días menos ufanos) proceder a la parte divertida: esconder el designio-sorpresa bajo un suculento y amoroso besito de trufa.

Me he decidido a cubrir los mini-bizcochillos con una cucharadita de chocolate 100 derretido (en el microondas lo tienes listo en un plis – cuidado que no se queme por eso, id comprobándolo cada pocos segundos) y un fruto seco sorpresa (media nuez de macadamia, un pistacho o media pecana). Para esconder astutamente los «designios de fruto seco», he batido nata para montar bien fría con un pelín de edulcorante y la he mezclado con el chocolate derretido ya templado que me ha sobrado. El resultado será soberbio con total independencia de las proporciones que usemos porque es nata con chocolate 😀 (aunque para esta sublime trufa cremosa han caído apenas 100g de nata y 3 oncitas de chocolate derretidas).

Y ya llega el momento de felicidad máxima (solo comparable al de vislumbrar esas babillas y probar los petit fours): verter la trufa en una alegre manga pastelera y proceder a besar amorosamente con ella cada pastelito, escondiendo el designio-sorpresa de turno. ¡Y ya los tienes! Corona los bellos petit fours con una ligera lluvia de cacao puro en polvo (dejándolo caer desde un colador) y déjalos en la nevera un ratillo para que la trufa asiente.

Son una verdadera exquisitez. Y en este caso dará igual si el destino ha provisto que nos toque un designio u otro, porque todos serán igual de placenteros.

(*) La sabia mamá de Forrest también decía que «tonto es el que hace tonterías», con total independencia de nuestro cociente intelectual o número de doctorados… pues sí.

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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