Modo noche

Tarta mousse de fresa (ofrenda a San Valentín)

No aprendemos a amar cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver perfecta a una persona imperfecta

(lo cual es una suerte, porque la perfección tiende a no existir y buscarla eternamente debe ser agotador) 😁

Hoy traigo una delicia «corazonosa», apta tanto para agasajar San Valentines generosos con tu alma gemela, como para reflexionar sobre su peculiar sentido del humor en soledad. Y si te digo la verdad, apenas me ha llevado 20 minutos hacerla, porque he recurrido a un trozo de infalible bizcocho low carb o «el chaleco salvavidas» que mi previsor yo de hace unas semanas tuvo a bien congelar, con piñones incluidos. Aunque si no estás muy «bizcocheadores» o tu congelador no anda muy boyante, colocando la mousse en un vasito bello y poniendo encima el fresón partido en dos de rigor, el efecto será igual de San Valentiniano.

Para la base del mini corazón de la foto, apenas han bastado unos 100g de bizcocho (que he partido en cubitos y colocado cubriendo el molde, sobre un papel de horno salvador de los desmoldamientos). Para disimular el hecho de que la base era un apaño de trocitos de bizcocho descongelado (y no arriesgarme a ofender más al amigo San Valentín, que mucho cariño la verdad que no me tiene), he hecho un poquito de gelatina de fresa para cubrirlos. He guardado el fresón más bello para decorar y he triturado los menos vistosos con un chorrillo de zumo de limón y una puntita de edulcorante (calculo apenas 5 o 6 fresones hermosos). Luego he puesto a hidratar una hoja de gelatina en agua fría y a calentar el puré de fresa.

Hace ya la friolera de 50 años que a mi adorada madre le regalaron estas hueveritas, precisamente, ¡por su boda!

 

Y cuando ya se veía calentito, he apagado el fuego y he disuelto la gelatina en él alegremente. He volcado un poco del jarabe pre-gelatinizado sobre el bizcocho (después de colocar papel de acetato en los bordes para poder desmoldarlo con cierta elegancia) y he dejado templar el resto del puré de fresas, mientras batía alegremente unos 100g de nata para montar bien fría. He mezclado el resto del puré gelatinizado (ya fresquito pero sin cuajar) con la nata montada, he colocado la mezcla en una manga pastelera y he dado besitos de nata «fresizada» sobre la capa de gelatina. La he cubierto con las dos mitades del fresón bonito de rigor… y ya ves con qué cucada tan rica y cremosa (aunque sencillísima) me he propuesto tentar al amigo San Valentín este año. No es perfecta, no, pero (mientras ha durado) la he amado mucho 😁

Si te decides a regalarte un caprichillo, no dejes de curiosear mis e-books de keto-dulces, que puedes descargarte gratis a cambio de buen karma o también comprar en Amazon, para contribuir a la causa.

 

¡Ojalá te deleiten tanto como a mí! 

2 Comentarios

  1. ROCIO

    PERO QUÉ PINTAZA TIENE LA TARTA… Y QUÉ PACIENCIA PARA HACER TANTAS COSAS RICAS… YO DEL BIZCOCHO NO PASO…. SERÉ VAGA…BESOS MILLÓN.

    1. Inesuka

      Gracias Rocío!! Uy, no te fíes, que ya sabes que son meros señuelos para cuarentones incautos 🤣

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

Podría interesarte

Este contenido está protegido por copyright. Por favor, para hacer uso de él, contacta con nosotros.