Apodos hiperbólicos aparte, con la mano en el corazón escribo (o mejor, «tecleo») que esta quiche low carb no tiene nada que envidiar a sus primas con harina.
Confieso sin vergüenza que a pesar de que mi idea inicial era llevársela a mis conejillos de indias oficiales (gracias, honorables progenitores), he sido incapaz. Quería probar un trocito infinitesimal y sin quererlo ha caído la quiche entera (entre meriendas, cenas, desayunos y cantos de sirena varios entre horas…)
En serio, no bromeo, la base de masa quebrada low carb (vedla aquí) queda ab-so-lu-ta-men-te bárbara. Su no-glutenización-feculización no se nota en absoluto (al paladar, que manipularla resulta pelín más peliagudo). Pero vale la pena. A menudo son las cimas bien altas y escarpadas las más gratificantes 😊
Si queréis juzgar mi capacidad de exageración para con las delicias que mitigan mis anhelos carbohidratenses, solo tenéis que preparar una bolica hermosa de la susodicha masa quebrada.
Una vez reposadilla y fresquita, aplanadla con el rodillo entre dos papeles sulfurizados (yo suelo aprovechar el film de la bola como papel de arriba, que retiro alegremente cuando el papel de abajo está ya a puntito) y colocadla en la base del molde. No os preocupéis si se os rompe, añadid rotos a los descosidos que igualmente al hornear (y cubrir) no se notará.
Dadle un golpecillo de horno mientras preparáis el relleno para darle un extra de «crujientez» (apenas 5 minutos a 180ºC darán el pego). No hay que cubrirla con garbanzos ni nada para que no suba porque no lleva levadura ni gluten, solo delicias varias 😋
Y rellenadla con huevo batido, nata (o leche de coco) y lo que buenamente tengáis. Y al horno con ella (idealmente en la parte media baja), hasta que cuaje el relleno y los bordes se doren convenientemente.
En esta mía de hoy han caído un puñado de espárragos trigueros salteados con dos champiñones hermosos, dos huevos, 2 cucharadas de leche de coco (que hoy no me tocaban lácteos), sal, pimienta y un toque de cúrcuma (o la piedra filosofal hecha raíz) en polvo.
Probadla, os aseguro que apenas distinguiréis su low-carbismo y saciará felizmente cualquier ansia de tarta salada (francesa o no) que ose rondaros.
Es una pizza rara 😂🤣🤣😂
Pero viniendo de ti habrá que probarla 😝
En serio… No soy yo de quiches pero tiene un «nosequé, que queseyó» que vamos a por ella fijo en esta semana algo nos inventarnos 😘
Gracias nuevamente maestra del bienestar 😍
🤣 Siiiii!!! Grande, Sergio, grande!!! Ojalá te guste!!! 😘