Modo noche

Tartitas-Sundae de chocolate y aguacate (fabulosas)

He aquí mi humilde homenaje a la eterna fábula de la rana y el escorpión. ¿La conoces? Cuenta la historia de una rana confiada y un escorpión cautivador que se encuentran a la orilla de un riachuelo. Él se ha empeñado en cruzar al otro lado, pero no sabe nadar, así que echa mano de su encanto y le pide a la rana que le ayude. Ella se siente un pelín reticente pero, ávida de buen karma, le pregunta «¿cómo sé que no me picarás?»

A lo que el escorpión responde, con contundencia, «si te pico, nos ahogaremos los dos». Ya que la respuesta tiene cierto sentido, la rana se convence y decide que esa sea su buena obra del día. Pero apenas tocan el agua, el escorpión no puede resistirse a clavar el aguijón en su bienhechora porteadora.

La rana, aturdida, le pregunta «¿por qué lo has hecho? ahora nos hundiremos los dos…» 

A lo que él contesta, sonriente, «porque… soy un escorpión».

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¿A que la fábula se merece un postre cremoso y suave (en homenaje a todas las veces que hemos ejercido de «rana» 😅)? Pues nada mejor que este cremi-fabuloso dúo de helados verdi-marrón, que queda muy curioso y es súper fácil de hacer.

Si también te apetece presentarlo en modo tartita con base crujiente de chocolate y pistacho, solo tienes que picar los pistachos (idealmente crudos) y añadírselos a unas oncitas de chocolate bien negro derretido (al baño maría o en tandas de pocos segundos en el micro). A mí me gusta echarle un poco de mantequilla para mayor cremosidad, ¡pero eso va a gustos!

Para las bases de estas dos tartitas, apenas he mezclado 4 oncitas de chocolate 100%, una cucharadita de mantequilla y un puñado de pistachos. Una vez listo el fabuloso mejunje, he colocado unos moldes redondos sobre un papel de horno y he vertido el chocolate “pistacheado”, repartiéndolo por toda la base. 

¡Ya puedes sacar la nata para montar de la nevera y batirla! Con 100ml bastará para 2 tartitas. Edulcórala y divídela en dos. La trufa se consigue sencillamente mezclando cacao puro en polvo con una de esas mitades de nata montada. Y para la fase «aguacateada», solo hay que triturar un aguacate madurico con un chorrillo de zumo de lima y un pelín de edulcorante e incorporarlo a la nata batida de rigor.

A mí me gusta con apenas 50ml de nata, así se aprecia más su frescura y el verdor, aunque las cantidades no son especialmente cruciales (quedará más o menos «aguacateado», pero rico igual). Y ya podrás distribuir graciosamente ambas fases sobre la base crujiente de chocolate y pistacho, o en una copa, o abrir la boca directamente.

Fabuloso o no, la verdad es que en este mundo hay mucho escorpión suelto… y faltan ranas 😅

¿Te pica la curiosidad por los últimos avances en nutrigenética?

Por fin, después de mucho batallar (y más años de los que quiero admitir disimulando cuando alguien me preguntaba sobre la aplicabilidad práctica real de los análisis nutrigenéticos), he conseguido traer a España MyNutriGenes, el «fórmula 1» de los análisis genéticos adaptados a la nutrición.

No puedo prometer que te cambien la vida, pero sí que saciarán tu curiosidad y sed de conocimiento acerca de la disciplina que está llamada a ser la piedra angular de la salud y el bienestar del futuro.

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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