Modo noche

Crocante de chocolate con nata (sencillamente infalible)

«Un reciente estudio británico ha revelado que a 9 de cada 10 personas les gusta el chocolate.

El décimo miente.»

(Robert Paul)

¡Eso creía yo! Que «el chocolate es 100% infalible porque obviamente le pirra a todo el mundo» era una de las pocas verdades eternas e inmutables por las que habría puesto la mano en el fuego sin titubear. Confieso incluso que siempre recurría a postres chocolateados para ahorrarme chascos y asegurarme mi dosis de halagos en las ocasiones con invitados de reacciones dudosas…

Pues he ido a dar con el único ser humano sobre la faz de la Tierra a quien realmente no le apasiona el chocolate. Sí… no es como el ratoncito Pérez o el político avergonzado, ¡este de veras existe! Y me congratula sobremanera poder afirmar que incluso a ese extraño individuo tan peculiar (que sospecho debe ser un extraterrestre de incógnito) le ha encantado esta delicia 😜

 

Es que (a pesar de su extrema sencillez y habilidad para ser felizmente congelado) queda tremendo. Y eso que es solo un milhojas hecho con placas de chocolate bien negro (este era 100%), salpicado con almendricas, impunemente embadurnado con nata montada y coronado con un toquecillo de coulis de arándanos opcional. Queda brutal.

Y para un par de infalibles montadazos crocantes apenas necesitamos:

  • el susodicho chocolate negro (casi) infalible (con unos 50-60g bastará para dos milhojas),
  • almendra picada (también queda de lujo cualquier otro fruto seco crujientito),
  • nata para montar bien fría, calcula unos 100ml para los dos (que sea de la que tiene un 35% de materia grasa, que la otra no monta ni harta de vino),
  • un puñadico de arándanos (o moras, fresas, frambuesas…),
  • un chorrillo de zumo de lima y
  • edulcorante al gusto (yo le echo una puntita de eritritol, mismamente como este).

Empieza por derretir ese chocolate (picadito al microondas, en tandas cortas de pocos segundos, se funde estupendamente, pero vigila que no se queme). Remuévelo bien para templarlo un poco y que adquiera ese bello brillo y colócalo sobre un papel de horno con la forma que más rabia te dé. Salpica el chocolate con el picadillo de almendra para que se incorpore a las placas de chocolate ya sólido y deja que se enfríe por ahí.

Mientras, ve preparando el coulis, como siempre, poniendo los arándanos en una cazuelita con el zumo de lima y el edulcorante a fuego lento. En apenas unos 10 minutos, empezarán a caramelizar y el coulis estará listo. Déjalo templar mientras montas la nata bien fría, simplemente batiéndola y añadiendo el edulcorante que buenamente te apetezca cuando empiece a espesar. Apaña los milhojas sencillamente intercalando placas de chocolate crujiente con pegotes de nata y chorrillos de coulis a discreción. ¡Y ya están!

Yo siempre tengo un par en el congelador «por si acaso» y hasta la fecha NUNCA me ha fallado. Ni siquiera con el extraño ser a quien realmente no le apasiona el chocolate (que sí, ¡que existe!)

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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