Modo noche

Los estudios observacionales en nutrición (introducción)

La ciencia nutricional es relativamente novata y muy difícil de estudiar, precisamente porque el ensayo nutricional perfecto es virtualmente irrealizable. Este implicaría recluir durante un tiempo suficiente a una muestra homogénea y significativa de personas y someterla a un protocolo de alimentación controlado, manteniendo constantes además las tropecientas variables que podrían influir sobre su salud, como si duermen bien, su nivel de estrés y de exposición a tóxicos, su historial médico y farmacológico, la marca de su champú, si tienen que convivir con su suegra y a saber cuántas cosas más… pero, afortunadamente, hay disciplinas muy bien asentadas por ahí que nos pueden echar una mano sin obligarnos a torturar a nadie de esta manera, como la antropología, la bioquímica o la fisiología… (además del simple y llano sentido común).

¿Te has preguntado alguna vez dónde vienen las tenaces convicciones a las que se aferran quienes afirman que hincharnos a proteína texturizada de soja nos hace poco menos que inmortales, mientras que comer alimentos de origen animal, especialmente la súper temida carne roja, nos aboca al cáncer y a una muerte prematura por un ataque al corazón? Pues se sustentan en la llamada epidemiología nutricional, una disciplina que ilustraremos con dos estudios observacionales reales y muy curiosos, de especial interés para quienes aspiren a ganar el premio Nobel y para los señores de 40 a 60 años que quieran ahorrarse el ataque al corazón y prefieran no dormir solos.

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Empezaremos por lanzar una pregunta a los cuarentones y cincuentones que andéis por ahí. ¿Y si os dijera que la ciencia apunta a que no afeitaros cada día os hará más proclives a sufrir ataques al corazón y embolias diversas? Sí… No lo digo yo, lo dice la ciencia. ¿Y si añado que esa barba de tres días tan socorrida no solo hará que tengáis menos orgasmos, sino también que seáis más bajitos? Y aún hay más, y si os dijera que la evidencia apunta a que si sois concienzudos y os afeitáis cada día, seréis más altos y tendréis más orgasmos y menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares?

Ya, probablemente me diréis que estoy loca o que miento como una bellaca. Pues sí, pero la idea no es mía. Es “ciencia” según un estudio, publicado en el prestigioso American Journal of Epidemiology, uno de los medios de referencia en la ciencia epidemiológica mundial. Y la conclusión de que a los cuarentones y cincuentones les conviene afeitarse cada día para reducir su riesgo de sufrir ataques al corazón (y para no acostarse solos todas las noches) no es una interpretación mía, lúdico-festiva y exagerada del contenido del artículo, no. De hecho, el propio título del estudio no puede ser más claro, porque se traduce por: «el afeitado, la enfermedad coronaria y la embolia». Y sí, después de observar a la friolera de 2.438 hombres con edades comprendidas entre los 45 y los 59 durante 20 años, los investigadores del susodicho estudio concluyeron que aquellos que se afeitaban menos de una vez al día tenían mayor riesgo cardiovascular y menos orgasmos, además de que eran más bajitos que los que nunca faltaban a su cita diaria con la maquinilla y se afeitaban cada día. 

¿A que es absurdo? Pues he aquí un ejemplo de estudio observacional, la piedra angular de la epidemiología (el área de la medicina que estudia la distribución y los determinantes de las enfermedades), la principal causante (intereses económicos de grandes multinacionales aparte) de que a día de hoy le sigamos teniendo un miedo atroz a los huevos, la grasa y los entrecots. 

Otro ejemplo, este va para quienes aspiréis a ganar algún día el premio Nobel. A vosotros, que lleváis décadas obcecados en vuestro afán de pasar a la historia por haber contribuido a la ciencia hasta tal punto que se os premie con el galardón más prestigioso del mundo científico, a vosotros os digo que os relajéis y dejéis de trabajar tanto, que lo que dice la ciencia que tenéis que hacer para aumentar vuestras probabilidades de recoger algún día el Nobel es… comer chocolate. Sí. Y la conclusión tampoco es un desvarío mío, no, sino de los resultados de otro estudio observacional muy curioso, publicado nada más y nada menos que en el New England Journal of Medicine, una de las publicaciones más antiguas y prestigiosas de la ciencia médica mundial. 

Sus autores se dedicaron a buscar una asociación entre el consumo de chocolate estimado per cápita de una serie de países y el número de premios Nobel que habían ganado sus habitantes. Y curiosamente los datos apuntaban a una clara asociación entre ambas variables, siendo Suiza el país que daba cobijo a más premios Nobel y que además consumía más chocolate y China el que se había llevado menos premios y comía menos. Y la conclusión de sus autores, que procedo a plagiar tal cual aparece en el artículo por si alguien sospecha que es fruto de mi sesgada imaginación, fue que «el chocolate estimula la función cerebral, lo que te hace más proclive a ganar el premio Nobel».

Y digo yo… ¿No podría ser que quizás, tal vez, los hombres que se afeitan cada día tienen más tirada a cuidarse más en general, a vestir mejor, a oler bien y a tener una vida más ordenada y un buen trabajo, lo que aumenta sus probabilidades de que les parezcan atractivos a las mujeres, además de que probablemente destinen menos tiempo a fumar y comer lasañas precocinadas con patatas fritas, tumbados en el sofá, viendo la tele y bebiendo una cerveza tras otra mientras su barba crece inexorable? La elección de la variable que supuestamente condiciona el resultado, el hecho de que se afeiten cada día o no, es completamente aleatoria.

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No puedo prometer que te cambien la vida, pero sí que saciarán tu curiosidad y sed de conocimiento acerca de la disciplina que está llamada a ser la piedra angular de la salud y el bienestar del futuro.

Se podría haber elegido el color de ojos, la primera letra del nombre de su madre o la longitud de su dedo meñique. Y si más de la mitad de los afortunados afeitadores regulares que no sufrieron un ataque al corazón se llamasen Antonio, ¿diríamos que llamarte Antonio te ayuda a eludir la enfermedad cardiovascular? No. Los estudios observacionales se limitan a hacer constar una correlación entre dos variables elegidas con más o menos… salero. Y lo mismo ocurre con el premio Nobel. ¿No cabe la posibilidad de que los suizos, aparte de comer chocolate, destinen cuantiosos recursos a la investigación más puntera, contraten a los científicos más prometedores y además les faciliten los recursos que necesitan? Eso podría influir significativamente en el hecho de que Suiza tienda a llevarse a casa más premios Nobel que otros países como Brasil, Japón o China, con total independencia de su amor por el chocolate. 

Y que los aspirantes al Nobel coman chocolate no hace especial daño, pero inferir de un estudio observacional que la proteína de soja es más saludable que los huevos porque no causa enfermedades cardiovasculares y prodigarlo a los cuatro vientos, lamentablemente, sí puede hacer mucho daño. Y eso es exactamente lo que ha pasado con los dos famosísimos estudios en los que se suelen apoyar quienes creen que recomendar activamente el consumo de huevos o de carne roja es poco menos que una incitación al suicidio. Y son, por un lado la Intervención de Karelia, en Finlandia, y por otro el Estudio de China, que sus propios autores apodaron, con cuestionable humildad, «el estudio nutricional más completo jamás realizado».

Referencias (por orden de aparición)

Ebrahim, S., Smith, G. D., May, M., Yarnell, J. (2003).  Shaving, coronary heart disease, and stroke: the Caerphilly Study. American Journal of Epidemiology, 157(3), 234-238. https://doi.org/10.1093/aje/kwf201

Kendrick, M. (2015). Doctoring Data: How to sort out medical advice from medical nonsense.

Messerli, F. H. (2012). Chocolate Consumption, Cognitive Function, and Nobel Laureates. New England Journal of Medicine, 367(16), 1562-1564. https://doi.org/10.1056/NEJMon1211064

Puska, P. (2001). Successful prevention of non-communicable diseases: 25 year experiences with North Karelia Project in Finland. Public Health Medicine, 4(1): 5-7

Campbell, T. C., & Campbell, T. M. (2006). The China Study: The Most Comprehensive Study of Nutrition Ever Conducted And the Startling Implications for Diet, Weight Loss, And Long-term Health.

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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