A vosotros, dulces y suculentos trocitos de cielo (también conocidos como «keto-galletas de cacao»), quiero deciros…
«Gracias. Gracias por existir (y por dejaros congelar)»
De veras, las amo profundamente. Nunca me fallan y son extremadamente fáciles y veloces. Siempre tengo algunas congeladas por si me invade una «emergencia galletil».
Son una suerte de macaron de cacao (pero mucho más agradecidas, dónde vas a parar, que estas siempre salen bien) y resultan tan sencillas que solo requieren que encendáis el horno a 180º y mezcléis:
- 2 claras (montadas a punto de nieve para mayor deliciosidad)
- 80g almendra molida (más o menos, dependerá del tamaño de las claras – la idea es que quede una masa que podáis manipular con un par de cucharas y los dedos alegremente)
- una cucharada hermosa de cacao puro en polvo
- edulcorante al gusto
- un chorrillo de esencia de vainilla opcional
Colocad cucharadas de masa en una placa para el horno, dadles formilla con los dedos y coronadlas con almendra picada (o no). Ya solo quedará hornear.
En apenas 8 o 10 minutos, según el tamaño de las galletas en cuestión, estarán pidiendo a gritos que las saquéis.
Y ya podréis enfrentaros al eterno dilema de si congeláis algunas para futuras «emergencias galletiles»… o no 😁
¡Qué ricas! Y eso que no hemos montado las claras, hemos sustituido por un huevo y ya. Muy fáciles, muy rápidas y con mucho sabor a cacao. Una receta genial. Muchísimas gracias.