¿Cómo podría yo describir la extrema ligereza casi mágica de esta mousse? Es que «soplo de aire fresco sabor fresa» y «dulce brisa de verano comestible» no le hacen justicia… Vale, creo que ya lo sé. Ahí va, para que te hagas una idea de su magna suavidad:
Saborear esta mousse sería como chuperretear la espuma de la cerveza que los golosos «gnomos fresios» (también conocidos como gnomos del fresal) hacen con las fresas que recolectan en primavera¹.
Hala, ahí queda eso. Es que, de veras, comerla es como lamer una nube espumosa sabor fresa. Y es tan fácil de hacer que la podría hacer un gnomo (fresio o fúngico, da igual) con los ojos cerrados (y acceso a una batidora y una gallina generosa, eso sí).
Si quieres probar esta bocanada de aire sabor fresa, solo necesitas (para un par de copas alegres):
- una clara de huevo (puedes aprovechar la yema para una deliciosa salsa holandesa en dos minutos),
- un puñado de fresas,
- un toquecito de edulcorante,
- un chorrillo de zumo de limón y
- una lámina de gelatina.
Y solo hay que poner las fresas a cachitos en una cacerolita con el chorrillo de zumo de limón y llevarlas a ebullición (mismamente como si hicieras una mermelada low carb). Mientras, pon a hidratar la gelatina en un vaso de agua fría y ve sacando el huevo de la nevera para que no esté tan frío.
Cuando las fresas empiecen a deshacerse (no necesitamos una mermelada, con que sea un coulis ligero nos vale), en apenas unos minutitos, apaga el fuego, añade el edulcorante, tritúralo todo, disuelve la hoja de gelatina y deja templar el jarabe por ahí. No queremos añadirlo a la clara montada hasta que esté templado (frío del todo no, que cuajará la gelatina antes de tiempo y se nos complica el plan).
Y ya podemos montar la clara a punto de nieve. Debe quedar bien firme, de manera que si le damos la vuelta al cuenco, esta desafíe la ley de la gravedad y no se caiga. Y ya podremos añadir el jarabe templado (yo me guardaría un poquito para decorar la copa por encima, que queda más cuco y colorido) y seguir batiendo hasta que se mezcle bien. Prueba a ver si necesita algo más de dulce, ¡que la clara y el limón engañan!
Y ya lo podremos colocar en las copas y meterlo en la nevera. En apenas un par de horas, la gelatina habrá hecho su magia y la espuma estará firme, pero increíblemente ligera y suave. Lo dicho… como chuperretear la espuma de una cerveza de gnomo fresio
(1) He aquí la ventaja de no tener editor, ¡que una puede publicar todas las locuras que se le ocurren!
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