«El dolor de separarse no es nada comparado a la alegría de reencontrarse», escribió Charles Dickens.
No es solo una bella frase… también es una verdad como un puño. Y es que la magnitud del dolor desgarrador que me supuso alejarme (por mi bien, todo sea dicho) de mi idolatrado pastel de queso, palidece frente a la alegría que siento cuando me reencuentro con su versión sin gluten, sin azúcar y low carb.
Y es que no me permito ni pseudo-dulces ni lácteos con frecuencia*, pero hoy me lo merecía (y mucho), así que he forzado un reencuentro… de los que no decepcionan. No solo queda arrebatadoramente bello, esponjoso y jugoso, también tiene la ventaja de que, cuando lo invoquéis… acudirá. Así que el día que también necesitéis tirar de reencuentros, poneos manos a la obra y forzad uno de estos.
(*) Para saber por qué, ved el dilema de los edulcorantes y de los lácteos.
Eso sí, disfrutadlo mucho mientras dure, ¡que será nada o menos!
Confieso que (aunque quería compartirlo con mi yo de luego y mi yo de mañana), el pobre ha disfrutado de una existencia en este mundo extremadamente corta… (es que está muy rico y yo andaba sobrada de desengaños y falta de reencuentros) 🙄
Si acontece que hoy es el día que necesitáis ese reencuentro, sabed que, para mi molde de palmo (mío, no de Michael Jordan), caen:
- 2 huevos (claras a punto de nieve)
- 250g de mascarpone
- edulcorante al gusto (yo le pongo un pelín de xylitol)
- una cucharadita de impulsor químico (obviable si no os importa que quede densete)
- medio vaso de leche (aunque lo he probado sin él y queda la mar de «apañao» también – quizás con la leche queda más amoroso pero se desmorona más, proceded según os dicte el corazón o la nevera 😊)
- 4 cucharadas de harina de almendra
- 2 cucharadas de harina de coco
- la ralladura de un limón
Encended el horno a 160ºC mientras vais apañando el milagro. Yo echo mano de la batidora y mezclo primero todos los ingredientes menos las claras. Y al final le añado estas últimas bien montadas con cariño y movimientos envolventes. Solo quedará verter la mezcla en un molde (idealmente desmontable, que el reencuentro puede que sea fiable, pero muy manejable no) engrasado (si se puede, además, con papel sulfurizado). Y al horno con él.
Veréis que al principio sube mucho, pero luego se deshincha cuando se asienta. Yo apago el horno cuando está bien hinchado (y el palillo me chiva que ya está cocido aunque melosillo) y lo dejo dentro hasta que se enfría para que se acabe de hacer. No intentéis manipularlo en caliente que se os desmoronará (sí, ya sé que cuesta…)
¡Y pastel-reencuentro listo!
Creo que esto es lo más parecido que he visto a un milagro para mucha gente… Deberían beatificarlo 😂😘
Gracias nuevamente Inés
Sergio… debo decírtelo. Leerte ha sido lo más gratificante de los últimos días 😊 Gracias
Sublime Inés! Un descubrimiento esta tarta y sale bien a la primera 😁. Gracias!
Halaaaa!! Qué ilusión!!! Gracias, Cristina!! Hoy me acuesto con una sonrisa 😁