A mamá, que le ha tocado cumplir tres dos un cuartos de siglo en cuarentena¹.
«He aquí la mayor prueba de afecto: no solo he congelado el pastelito titular para dártelo cuando se levante el confinamiento (lo que confieso me ha costado horrores), sino que esa apetitosa cobertura bicolor eran las últimas cucharadas de mi muy venerada crema de macadamia (lo que admito ha supuesto un auténtico desafío para mi autocontrol). Si eso no es amor…» 😅

Qué vicio, por favor. Lo he llamado «esponjosésamo» porque lleva tahine (la socorrida crema de sésamo) y porque es el bizcocho low carb más esponjoso que he logrado hasta la fecha con mucha diferencia. Y está realmente exquisito.
(1). Digo yo que con lo loco que se ha vuelto el mundo, no vendrá de una pequeña locura más. Junto con el pastelito, abogo por congelar también los cumpleaños… hasta el día feliz que podamos celebrarlos como está mandao’. Total, cosas más raras se han visto (especialmente este año) 😊

La textura se asemeja a la del bizcocho a la genovesa, aireada y jugosa. Y tiene un sabor tostado que recuerda al del sésamo sin resaltar demasiado. La verdad, me ha encantado.
Estoy incluso pensando que quizás puede enrollarse y «brazo-de-gitanearse» sin romperse. Habrá que hacer otro y probarlo. Yo no quería², pero… ¡todo sea por la causa!
(2). Lo dicho… Tal como vaticinaba con la soberbia Linzer Torte de fresa… de esta salgo rodando 😂
Si también queréis congelar un cumpleaños, ver si la presente delicia se puede enrollar o sencillamente comprobar hasta qué punto exagero en mis apreciaciones bizcochiles, solo necesitáis:

- 3 huevos
- 100g de tahine
- 1 cucharadita de levadura química
- 1 cucharada de harina de almendra
- 3 cucharadas de vinagre de sidra
- edulcorante al gusto (yo le he echado una cucharada de xylitol, que era para celebrar un cumpleaños y el estoicismo sobraba 😁)
- mantequilla de nueces de macadamia y cacao en polvo opcional (para la cobertura bicolor)

Primero, como siempre, conviene preparar el molde con papel de horno y encender el susodicho a 180ºC para que esté bien calentito cuando metamos el proto-bizcocho.
Seguimos por separar las claras de las yemas y mezclar estas últimas con el tahine, la almendra, el edulcorante, la levadura y el vinagre. Debe quedar una masa húmeda y pegajosa. Si los huevos son pequeñitos, añadid una cucharada de agua.

Batid las claras a punto de nieve bien firme (que no obedezca la ley de la gravedad cuando le dais la vuelta al bol).
Verted solo la mitad de las claras sobre la mezcla anterior y batid alegremente.

Y ahora sí que hay que echarle cariño. Añadid la otra mitad de las claras batidas e incorporadlas con una espátula, mucho amor y movimientos envolventes. Nada de batidora, que se nos va a pique el invento. Que quede una masa esponjosa y suave.

¡Ya casi estamos! Vertedla en el molde y al horno con ella. El tiempo dependerá del horno y del tamaño, pero el olor (y el soberbio color dorado de la superficie) os guiará. Cuando el bizcocho se separe de los bordes y el palillo salga seco, estará a puntito de caramelo.

Ya así es una delicia, pero si también queréis darle un toque de paleo-pastel de cumpleaños, podéis recortar circulitos con cortadores de galleta e ir a por esa deliciosa cobertura de macadamia.

Yo he dividido los últimos resquicios que quedaban en mi atesorado tarro de crema de macadamia en dos. Uno de ellos lo he dejado tal cual (y lo he usado para cubrir los pisos blancos) y el otro lo he convertido en macadamiella (la delicia ultra veloz que os presenté en los arrumaco-pancakes-soufflé).
Básicamente se trata de añadir un poquito de cacao en polvo a la crema de macadamia y remover (si estuviera fría, dadle un golpe de calor para mayor comodidad).

Y he untado con ella las partes chocolateadas. Y con el poquito que me ha sobrado, he puesto una mini-propinica en la mini-tartita que no iba a congelar (que ya se sabe que en la cocina hay que probarlo todo y los retales de bizcocho me han sabido a poco 😁)

Y ha quedado… brutal. Ya sé que alabarlo yo es «poco modesto», pero hasta que se levante el confinamiento no podré buscar una segunda opinión (y la mía está rotundamente sesgada… e influida por el recuerdo de cierta delicia prohibida que hay en mi congelador 😁).

Such a lovely cake and thought!!! 🙂
Thank you sis!! 🥰
Este bizcocho es impresionante. Lo he hecho para la noche de San Juan y ha sido un exitazo.
Muchas gracias.
Salut!
¡Súper yujuuuuu!!! 😀 (la verdad es que es mi confeso favorito… ¡merci, Laia!!!)
Me urge intentar cocinar este bizcocho, y devorarlo después, se sobreentiende. Enhorabona por el blog, es leerlo y venirme arriba en los fogones. 😋
Yujuuuuuu!!! Ese es el objetivo!!! 😁 Ojalá lo pruebes y te guste!!!
A pesar de mi error de mezclar con batidora las yemas a punto de nieve con la primera masa, el resultado ha sido brutal. Jugando, lo he hecho a doble cantidad, con 50g de levadura fresca y en un molde pequeño. Gràcies per tot! 🙂
Súper yujuuuuuu!!! Como me alegrooo!!! Gràcies a tu!!! 😁