He aquí uno de los (a priori) palos en las ruedas con los que tienen que vérselas los audaces paleo-low-carbistas: la renuncia a la fritanga rebozada… hasta el día feliz que descubren que pueden sustituir el más que obviable pan rallado por un estupendo rebozado paleo low carb. Por lo pronto, aquí os traigo mi primer podio (si no os convence, ved el de semillas aquí y el de solo frutos secos aquí), para que elijáis el que más os convenza según gustos/bolsillos/ente a rebozar.
Medalla de oro indiscutible: Almendra molida
Más fácil imposible. Queda casi igualico que el de pan y solo requiere que se abra convenientemente la bolsa de harina de almendra para sustituirla por el pan rallado en nuestros rebozados preferidos. Eso sí, aseguraos de que el ente a rebozar sea finito, ¡que no tarda en quemarse!
Medalla de plata (por delicioso): Torrezno machacado
También llamado «el súmmum del rebozado low-carbista«, os presento al humilde torrezno, machacado a base de mortero (o de robot de cocina).
A pesar de las cejas que pueda levantar mi siguiente afirmación, dejadme confesaros que hasta ahora es mi favorito. desde luego no ha sido amor-a-primera-vista (pobrete, el más guapo del pueblo la verdad es que no es), pero sí ha sido un arrollador amor-eterno-incondicional-a-primer-bocado.
Si dejáis a un lado reticencias varias y lo probáis, comprobaréis que queda crujiente y delicioso. ¡Y además no se quema! Un triunfo rotundo (salvo por el pequeño detalle de que hay que machacarlo, así que un poquito más de trabajo que el oro sí da).
Medalla de bronce (por sabroso): Coco rallado
Tenéis que probarlo, ¡qué cosa más fácil y más rica y más paleo low carb! No sé cómo quedará con otras cosas (aún), pero el rebozado de coco rallado, con pechuga de pollo (a su vez marinada en leche de ídem), queda estupendo. Debo decir que tiene un saborcillo delicioso (si os gusta el coco, claro) sin ser empalagoso. Eso sí, que sean filetillos finos, ¡que también es de esos rebozados que se queman si os despistáis mirando el móvil!
No tiene más secretos que el de marinar la pechuga en la leche de coco un buen rato, salpimentarlo, pasarlo por el huevo batido y por el coco rallado y freírlo. Queda la mar de «apañao», dulzón, crujiente y doradito.
Qué poco he echado de menos los empanados tradicionales hoy 😋
Viva la creatividad, tu si que eres apañá.
Milagroso que siga soltera, oye 😀
¡Un beso gordo!
Hola!! Te mando este mensaje para agradecerte infinitamente que compartieras el rebozado de cortezas de cerdo. Todavía alucino con lo bien que queda y lo bueno que está, me has salvado de un mundo sin lagrimitas de pollo!!! Gracias mil
Oooooh!!! Gracias, Ana, qué ilusión de mensaje!!! 😊