El otro día alguien me preguntó cuál era mi flor favorita (supongo que a modo de «conversación de ascensor», porque los días y las efemérides se suceden y no se ha visto un detalle), a lo que yo contesté sin titubeos: «la alcachofa«.
Vale, puede que una bolsa de alcachofas no haga la misma ilusión que un enorme ramo de rosas rojas o una orquídea de colores extravagantes, pero son una bendición (tanto en sabor, como en nutrición). Y coincidiréis conmigo en que cualquier comestible exquisito trepa escopeteado por la escala de la exquisitez cuando se combina con jamón.
Así que las deliciosas alcachofas con jamón son una de esas recetas que hay que probar (e incorporar al recetario personal), porque son facilísimas. ¿Secreto? Ninguno. Limpiad las alcachofas y colocadlas en una bandeja de horno, a 180ºC al menos media horica.
Pasado ese tiempo, poco os faltará ya para poder sumergiros de lleno en el particular e irresistible sabor de la alcachofa. Sacadlas del horno y abridlas a modo de flor, salpimentad, echadles el aceite que buenamente creáis oportuno y colocad en el centro una loncha de jamón. Volved al horno con ellas 5 minutejos más.
Y estarán listas para darle mucha envidia a quien os pregunte cuál es vuestra flor favorita sin ninguna intención de regalárosla 😀