He aquí un típico ejemplo de «tonteriíta» mona para picar, sanísima y relativamente rápida de hacer. Son sencillos pero aparentes tomatitos cherry rellenos de guacamole. Quedan buenísimos y muy resultones en una bandeja de canapés (además de ser veganos, paleo y tremendamente low carb).
La lista de ingredientes es tan exigua como seguro auguráis 😊 Necesitamos tomatitos cherry (también podéis rellenar tomates no-cherry, aunque no quedan tan cucos), aguacate, cebolla y lima. Si sois amantes del cilantro, parece ser que un poquito del mismo le sienta estupendamente.
Si, como yo, pertenecéis al selecto club de odiadores del cilantro*, obviadlo felizmente (o sustituidlo por un poco de inofensivo perejil).
Y la «receta» (por llamarla de alguna manera, porque no creo que califique como tal de tan sencilla que es) se limita a:
- trocead el aguacate y la cebolla y mezcladlos con un poco de zumo de lima y sal al gusto
- cortad una arandelita de la base del tomate para que se mantenga derecho y vaciadlo con cariño
- añadid la pulpa del tomate que saquéis a la mezcla de pseudo-guacamole
Ya solo falta rellenar los tomatitos. Si sois hábiles con la manga pastelera podéis dejarlos sin tapar y espolvorear por encima un poco de perejil (o el susodicho cilantro). Si no, rellenadlos con una cucharita y volved a ponerles la tapita.
Quedan monísimos y están de auténtico vicio.
(*) Si el cilantro también os sabe a lejía mezclada con jabón… ¡No estáis solos! Se calcula que entre el 4 y el 14% de la población carga con unos genes “anti-cilantro”. Concretamente, se ubican en cierta variante del gen OR6A2, que detecta el sabor de los aldehídos, unos compuestos químicos presentes en jabones y perfumes (¡y en la hoja del cilantro!)