Modo noche

Flan de col lombarda a la magia limonera (y «no»)

El otro día alguien me espetó que debía aburrirme mucho comiendo siempre lo mismo, porque «mi dieta era muy restrictiva». Pues mira, «no». Por lo pronto, hoy me sentado a la mesa ante un flan azul que se ha ido convirtiendo en rosa mientras lo comía y que además estaba absolutamente delicioso.

La «magia limonera» que presenté en la crema aurora boreal (o austral) «todo por un sueño» y que acabé de explotar en el bizcocho de col lombarda (un pastel rosa a topos lilas), también funciona en los flanes. El ácido del limón reacciona con el color morado de la lombarda y lo vuelve rosa, incluso después de haberla cocido. Así que la verdad es que «aburrirme de comer cada día lo mismo», lo que se dice «aburrirme», no me aburro, no.

Y es que además de riquísimo, surrealista y colorido, es súper fácil de hacer. Para un flan como el de la foto, que bastaría para sorprender a 3-4 alegres comensales con un entrante ligero, solo necesitamos:

  • un par de vasos de crema de col lombarda (suave, sorprendente y azul) o uno de col lombarda cocida y triturada (yo suelo aprovechar restos de crema ya hecha, pero si vas a por el flan directamente, te ahorras colar la sopa)
  • 3 huevos
  • 100ml de nata
  • un limón para hacer la magia (si te gusta azul, pues no hace falta)
  • sal, pimienta y jengibre molido opcional

Y solo hay que batir los huevos con la nata, salpimentar y añadirle la crema de col lombarda (coladita, desechando la mayor parte del agua y quedándonos con la propia col triturada, para que no esté demasiado líquido y cuaje bien).

Mete la mezcla en un molde para flan (yo le he puesto papel sulfurizado porque le iba a hacer fotos y quería que saliera entero, pero se puede servir en el molde alegremente) y hornea. Es un flan, así que hay que cocerlo al baño maría colocando el molde dentro de un recipiente con agua (asegurándonos de que el agua no podrá colarse en la mezcla del flan aunque hierva a borbotones) y al horno precalentado a 180ºC con ello. El tiempo de cocción dependerá del tamaño del flan, pero el viejo truco del palillo chivato también sirve. No solo saldrá seco, pero sí dejará un agujerillo en la superficie del flan.

Y ya llegará el momento feliz de desmoldarlo (o no) y de servirlo alegremente. Yo te diría que no le eches la magia limonera hasta que esté en la mesa para mayor sorpresa generalizada.

Así aparecerás con un flan azul (que ya de por sí muy común no es), que encima se irá volviendo rosa delante de tus ojos.

Así que «no». No me aburro con esta «dieta restrictiva», no 😁

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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