En este loco mundo nuestro habitan dos clases de humanos: los «más de limón» y los «más de naranja». Si también relegabas los caramelos de naranja a moneda de cambio en el patio del cole (después de guardar a buen recaudo los de limón para disfrute propio), estos son tus keto-panellets. Si por el contrario recuerdas la profunda decepción que sentías al llegar ilusionado/a a la tienda de helados y ver que solo quedaban polos de limón, acércate a ver los panellets de calabaza.
Pero si eres «más de limón», este apaño de mazapán convenientemente low carb te encantará. Y no es difícil en absoluto. De hecho, en apenas media hora tendrás lista una bandejita de keto-panellets el doble de grande que esta (que yo he preferido congelar la mitad del mazapán resultante para futuros inciertos).
Para lograr el mazapán, solo hay que mezclar (hasta obtener una masa manejable con la textura de la eterna plastilina):
- medio calabacín hermoso cocido y triturado
- un huevo
- pelín de sal
- la ralladura de un limón y un chorrillo de zumo extra
- edulcorante al gusto
- almendra molida (la cantidad dependerá de cuán húmedo te quede el calabacín y del tamaño del huevo – en mi masa inicial han caído unos 150g)
Guarda un huevecillo extra para pintarlos y darles un toque brillante y echa mano de unos piñones, almendra picada, coco rallado o lo que fuera con lo que quieras rebozar tus panellets.
Como soy una clasicorra y me pirran los panellets tradicionales, yo he hecho bolitas con piñones, rulillos con almendra picada y volcancitos de coco. He separado un tercio de la masa y le he añadido algo de coco rallado para hacer los volcancitos de coco (que también he coronado con más coco rallado). Esto ya va a gusto del feliz hacedor de keto-panellets. El único secretillo es pintarlos con huevo batido antes de hornearlos (a 180º) hasta que estén dorados. El huevo de la masa hará su magia y convertirá la plastilina en un alegre mazapán con alegres toques verdosos y sabor a limón.
No diré que te dejarán con la boca abierta, porque este año andamos todos saturados de sorpresas inesperadas y el listón está muy alto, pero sí que suplirán tus anhelos de este reconfortante dulce otoñal. Y aunque haga frío y las noches se alarguen… piensa que el otoño trae consigo una promesa de las que se cumplen sí o sí:
al odiado 2020 le quedan dos telediarios
Si no te apasiona la idea de usar calabaza (como en los milagrosos panellets I) o calabacín (como en los inefables panellets II) para sustituir el sempiterno tubérculo de la masa de mazapán (léase patata o boniato), pero tampoco quieres que los susodichos panellets vayan rompiendo muelas a allegados diversos, ¡acércate a ver los panellets con corazón!
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