Modo noche

Turrón de coco con nueces (disfrazado de castañas)

En todas las sobremesas navideñas que he tenido la suerte de compartir con páncreas más hábiles que el mío, el turrón de chocolate volaba. Luego desaparecían paulatinamente el de yema, el duro de Alicante y el blandito de Jijona, seguidos de cerca por el de mazapán con fruta escarchada.

Y el pobre turrón de coco siempre se quedaba ahí, mirándome con ojos tristes desde la bandeja, sin alcanzar a comprender por qué nadie le elegía a él.
Hasta el año en que decidí echarle una manita y lo disfracé de castañas. Ese año… ganó por goleada.

De veras, qué delicia. En realidad es una versión «bombón de coco con nueces» del sublime tron-keto-turrón ansioso de mazapán y chocolate, disfrazado de castañas. Así que comprenderás que está de vicio (y sabe a coco, chocolate y nuez). Eso sí, aunque no lleva azúcar, ni miel, ni féculas… no es panceta, es turrón. Así que tu páncreas oirá un «toc-toc» en su puerta y cierto chutecillo de insulina sí caerá… ¡pero no será comparable al cañonazo a bocajarro que supondría el turrón industrial!

Además, queda mucho más amoroso que el turrón de coco tradicional (que, con todo mi cariño, suele ser un mazacote azucarado que nos comemos porque «toca» y/o porque el alcohol previo nos ha nublado el juicio). Así que, además de engañar a tu páncreas con un dulce capricho que no le obligue a inundar tu sistema con insulina a modo de tsunami, asombrarás a los escépticos que crean que una dieta baja en carbohidratos implica panceta con panceta. Te aseguro que, si pueden elegir, no se pelearán por el último cachito de turrón industrial cuando hayan probado este, lo disfraces o no.

Y para una bandejita hermosa (una docenica de castañas, lo que vendría a ser como medio turrón), apenas necesitas:

    • un huevo,
    • 2-3 cucharadas de almendra cruda molida (dependerá del tamaño del huevo, debería quedar como una plastilina pegajosilla),
    • 1-2 cucharadas de coco rallado (ídem),
    • cucharadita de canela en polvo (idealmente de Ceylán, la canela «verdadera» que no espachurra el hígado),
    • edulcorante al gusto (yo le echo una cucharadita de eritritol, mismamente como este),
    • medias nueces (calcula una docena) y
    • chocolate bien negro para el disfraz (apenas un par de oncitas, unos 20-30g, bastarán).

Ve encendiendo el horno a 180ºC, ¡que se hace en un momentico! Solo hay que mezclar la almendra, el huevo, la canela, el coco rallado y el edulcorante (tanto como buenamente te pidan tus muy capaces papilas), hasta obtener una masa.

Moldea unas bolitas colocando masa alrededor de las medias nueces y colócalas sobre una fuente para horno. Ya casi las tenemos (si es que son realmente sencillas, pero quedan brutales). Hornea hasta que la superficie empiece a dorarse (nada, apenas 5-6 minutos, para que el huevo cuaje pero conserven la jugosidad del mazapán). Mientras se templan, echa mano del chocolate y derrítelo (al baño maría o en tandas cortas de pocos segundos en el microondas, poniendo atención en que no se queme).

Procede al disfrazado bañando las bolitas en el chocolate. Aviso que si las pruebas en este preciso instante, con el chocolate aún caliente, no podrán competir contra los demás turrones de la bandeja, porque ni siquiera llegarán a la sobremesa 😁

Apuesto a que los comedores de turrón tradicional y/o escépticos del keto no podrán evitar elegirlas (y repetir disimuladamente mudos de asombro).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

Podría interesarte

Este contenido está protegido por copyright. Por favor, para hacer uso de él, contacta con nosotros.