Modo noche

Keto-cóctel de cava (casi como beberse las estrellas)

«¡Venid rápido, hermanos! ¡Estoy bebiendo estrellas!»

Dom Pérignon, el celebérrimo monje benedictino de la muy francesa región de Champagne, no pudo reprimir su emoción cuando dio con la receta que daría nombre a su célebre vino burbujeante. ¡Y no fue para menos! «Beber estrellas» es una descripción muy precisa de la feliz sensación que nos invade cuando nos regalamos esa tentadora copichuela de buen vino espumoso (sea francés, italiano, catalán o de la cuenca del Volga).

Con los años (y después de muchas resacas poco seductoras) he aprendido que la mejor manera de minimizar el daño alcohólico-metabólico navideño (sin arriesgarme a sembrar discordias) es siendo yo misma la artífice e instigadora de los brindis. Básicamente, porque así puedo controlar qué bebo y cuándo. Y en estas fechas, esto casi califica como superpoder. Especialmente, cuando el mejunje a beber es un irresistible, dulce y rotundamente imposible de rechazar cóctel de cava, o champagne, o vino blanco espumoso de cualquier procedencia (idealmente seco, no dulce, eso sí).

Esta celestial versión keto-friendly del mítico cóctel a base de cava y jarabe de granada te encantará. Queda zalamero y dulzón. Además, se hace en un plis. A mí me gusta de arándanos y/o fresa (es más rápido porque no hay que colar el coulis), pero con frambuesa y/o mora está súper-riquísimo también (si destinas un par de minutos más a la causa y liberas el jarabe de sus inevitables pepitas para mayor disfrute ulterior).

Y para unos 8-10 alegres y suertudos brindadores, solo necesitas:

• una botella de cava brut nature  bien frío,
• apenas unos 100g o un puñado de las bayas elegidas (las congeladas quedan genial),
• el zumo de media lima (queda mucho menos ácido que el de limón) y
• un pelín de edulcorante opcional (yo le echo una cucharadita de eritritol, mismamente como este).

Mientras el cava se enfría, ve preparando el coulis, simplemente poniendo las bayas en una cazuelita con el zumo de lima y el edulcorante a fuego lento.

En apenas unos minutejos, las frutillas que hayas elegido empezarán a caramelizar y la cocina olerá irremisiblemente a tienda de chuches. Retíralas del fuego y déjalas templar.

Si el plan es impresionar a la concurrencia, tritura y cuela el jarabe (especialmente si incluye moras o frambuesas) antes de distribuirlo graciosamente en las copas. Y ya cuando lleguen los afortunados brindadores, abre la botella y sirve su mágico contenido sobre el coulis¡Las burbujas harán el resto! 

Ya lo dijo Dom Pérignon… es como beber estrellas 😇

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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