He aquí mi sentido homenaje al candoroso súper-héroe del eterno Barrio Sésamo, que me enseñó pacientemente a distinguir “cerca” de “lejos”.
¡Gracias, maestro!
(Aunque ojalá me hubieras enseñado también a diferenciar izquierda y derecha 😅)
En serio. No encontraréis galleta más simplona y candorosa. ¡Y saben a coco con canela!
Admito que los coquitos despiertan a la comedora compulsiva que hay en mí, pero son tan contundentes que ni siquiera yo puedo devorar más de 5 o 6 de una sentada (y aunque no es algo de lo que me sienta orgullosa, soy famosa por mi infinito saque a la hora de engullir).
Aunque igualmente os juro que es físicamente imposible comerse solo uno 😋
Si optáis por recurrir a sus servicios, calculad que, para una bandejilla pequeñica (que bastará y sobrará para dos comensales de saque generoso o para el mismo comensal de buen yantar presente y futuro), necesitaréis:
- un huevo
- 50 gr de almendra molida
- 20 gr de coco rallado
- edulcorante al gusto
- pellizquillo de canela en polvo (idealmente, que sea de la verdadera que no daña el hígado)
- yema para pintar (o no, pero queda más brillantito «con»)
El cómo se hace es lo mejor de todo: mezcladlo todo a lo bruto, formad los coquitos (podéis optar por el viejo truco de la manga pastelera con boquilla dentada o ir directamente a la bolita) sobre una bandeja con papel sulfurizado (idealmente engrasado), pintadlos con la yema (o no) y hornead (a 180ºC unos 10 minutos).
Y ya estarán listos, tanto para homenajear súper-héroes de tela, como para tentar comensales de especies diversas 😅
Buenas días.
Una pregunta tonta y más que tonta.
Puedo sustituir la almendra por todo coco
🤔😋
¡Hola Justina! ¿¿Pues sabes que no tengo ni idea de cómo quedaría? ¡Lo probaré!!!
Gracias 😘