Modo noche

Fettuccine alla carbonara (sin fettuccine, ni carbonara)

Con perdón del recetario tradicional italiano (o sin él, me da igual, que chinche reviente¹ 😀), hoy traigo una opción keto y ultra-paleo de una famosa receta de pasta que (en España) se suele bañar en nata y (en todas partes) abarrotar de queso. Aunque ninguna de las dos cosas es estrictamente necesaria para disfrutar de una cena saciante y reconfortante a la par que intestinal y metabólicamente cándida. Y encima la tendrás lista en dos minutos (bueno, échale cinco si también te apetece añadirle el dulzor del sofritillo de cebolla).

Solo tenemos que echar mano de unos tallarines de konjac (el «rizoma del no-ser» que presentamos aquí) y apañarlos un pelín. Mi versión de carbonara (para cuando no me tocan lácteos – ve aquí por qué los raciono) es un sencillo (aunque sabroso) sofritillo de cebolla, al que añado bacon a cachillos y setitas diversas hasta que el primero queda crujientito y las segundas alegremente salteadas. Y una vez está todo bien doradito y la cocina casi huele a trattoria, le añado los tallarines shirataki  bien escurridos (afortunadamente, cada vez es más fácil adquirirlos online a precios más que módicos) y les doy un garbeíllo. Lo salpimento todo, lo retiro del fuego y le añado una yema de huevo opcional para aportar cremosidad.

Obviamente, si es el día feliz en el que nos permitimos un paseíllo por el mundo de los lácteos (o una salud exenta de autoinmunes, cáncer o disfunciones metabólicas e intestinales varias nos da vía libre), con un poco de parmesano rallado pasará de cena sencilla aunque exquisita a ambrosía de los dioses. Si no, pues tampoco lo echaremos (demasiado) de menos. 

Es verdad que ese maldito adalid de la cocina italiana resulta exquisito, pero a veces el disfrute momentáneo de sensaciones intensamente placenteras (y ciertamente adictivas) no compensa el casi «síndrome de retirada» (las supra-poderosas «ganas de más», el célebre «mono», vamos) y malestar posteriores.

Aunque a veces sí… 😁

(1). Es que admito que, apaños aparte, las delicias que más echo de menos, muy a mi pesar, pertenecen al susodicho recetario. Así que el comentario no es fruto de un desdén real, sino de una confesa e implacable rabia contenida.

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2 Comentarios

  1. Manuel

    Tiene una combinación interesante. Nunca me gustó la nata. Yo siempre hago los carbonara con yema de huevo, aceite y un poco de queso rayado por mí. >Los tallarines shirataki no llevan calorías, 3% fibra y 97% agua, que curioso. Parecen fideos chinos tan escurridizos.
    Al menos está bien para cambiar de textura.

    1. Inesuka

      Hola Manuel!!! Sí!!! Yo recurro a ellos de vez en cuando por aquello de la variedad 😁

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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