Por si alguna alma cándida se hubiera ofrecido con ilusión a ejercer de anfitrión/a de una terrorífica cena de Halloween, la mítica noche de brujas anglosajona, hoy os traigo una idea fácil y rápida para incluir en el menú: unos pequeños pero matones siniestri-pimientos rellenos.
¿A que quedan cucos y parece que requieran una especial habilidad escultórica? ¡Pues sabed que soy una rotunda inútil con el cuchillo y que son los primeros pimientos que «siniestrizo»! De veras, probad a hacerlos, que son mucho más fáciles de esculpir de lo que parece.
Empezad por cortar una suerte de zigzag que haga de «flequillo» alrededor del rabico, retirad las pepitas del interior (que no queremos ingerir lectinas de más) y tallad la célebre cara de Jack’o’Lantern, la mítica calabaza chunga de Halloween.
¡Y ya tendréis vuestro siniestri-pimiento listo para rellenar! Yo he optado por mi adorado tabulé de no-bulgur a base de semillas de cáñamo (cuya ultra-rauda receta tenéis aquí), pero apuesto a que se os ocurren mil delicias más.
Aunque la gracia de la receta no sea su sabor, sabed que queda fresquita y reconfortante, perfecta como entrante rápido y felizmente guardable en la nevera para cuando lleguen los invitados.
Apuesto a que nadie rechazará una ensalada sanota, paleo, vegana y low carb si viene embutida en un pimiento greñudo con cara de malo 😀