Modo noche

Pequeñas rencillas¹ aparte… ¿Qué habría sido de nuestra bienamada especie sin los cereales? Puede que los cazadores recolectores de épocas anteriores a la agricultura tuvieran un cerebro (sustancialmente) más grande y unos tipazos (significativamente) más robustos, pero no parece que les invadiera la inquietud de construir pirámides, ni de ahondar en los secretos de la trigonometría. Asumo que si no fuera por la revolución agrícola, nuestra realización artística habría tocado techo en las pinturas rupestres y la danza del bisonte. Aunque si me das a elegir, casi que prefiero recoger bayas durante el día y sentarme alrededor de una hoguera por la noche, que deslomarme cargando piedras para mayor gloria del faraón… o sobresalir en el noble arte del cálculo de hipotenusas 😀

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(1). Como el curioso empeoramiento de la salud de nuestros ancestros desde que empezaron a apoyarse en los cultivos de cereales para saciar su hambre.

Así que, con el perdón del buen Pitágoras y de los diligentes hijos de Ra, mi humilde propuesta de hoy es una honrada e inocente espiga paleo de cebollas rellenas con carne picada alegremente aromatizada con mi adoradísimo ajo negro (que ya adulé efusivamente en los soberbios y festivos huevos con ajo negro o «un antivirus para deleitar(se)»).

Y es rematadamente fácil de hacer. Para la espiga de la foto, que basta y sobra para alimentar al menos a dos estómagos hambrientos, han caído apenas:

  • una cebolla muy hermosa
  • 200g de carne picada
  • un huevo
  • dos dientes de ajo negro (opcional, pero muy recomendable)
  • una cucharada de pasta de curry (también opcional, pero riquísima)
  • sal y pimienta

Y solo hay que poner a cocer la cebolla apenas 5 minutos en un poco de agua hirviendo para que se deje manipular y «descapar» sin oponer demasiada resistencia. Mientras, aprovecha para mezclar la carne picada con el huevo, el ajo negro picadito y el curry y salpimentarla felizmente. Y para proceder al rellenado, no hay más que hacer un tajillo a lo largo de la cebolla e ir retirando las capas. Yo aprovecho las más externas y gordotas para hacer algunos «no-granos» de espiga cortándolas por la mitad. Y conforme las capitas se van haciendo pequeñitas, las relleno tal cual hasta llegar al corazón irrellenable de la cebolla, que añado picadito a la mezcla de carne.

cebollas rellenas paleo keto sin gluten

Y una vez convenientemente rellenadas, no queda más que hornear la «proto-espiga”. El tiempo de horneado dependerá del tamaño de los «no-granos» y del horno, pero a mí me suele tardar unos 20 minutos a 180ºC (aunque el irresistible olor a cebolla caramelizada ineludiblemente nos guiará).

Es súper sencillo, pero queda delicioso (claro que no dejan de ser unas infalibles albóndigas envueltas en dulce cebolla doradita). Así que si algún día te ves en la tesitura de tener que agasajar simultáneamente a egipcios, pitagóricos, cromañones y coetáneos diversos, yo apostaría por este humilde homenaje al «no-cereal» 😊

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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