Modo noche

Galletas keto de jengibre (puestos a ser inocentes…)

Hay quien afirma que el secreto de una dieta sostenible y saludable es el equilibrio… y quien solo atina a lograr ese teórico equilibrio sujetando una galleta en cada mano 😅

Pues puestos a pecar… que esa galleta proverbial sea tan digestiva y metabólicamente inocente como esta deliciosa (pero cándida) versión «sin» de los tradicionales hombrecillos de pan de jengibre anglosajones: sin azúcar, sin cereales, sin féculas… y sin culpa.

Vamos, que no es solo por su tradicional forma de llufa (el típico monigote que suele aparecer en las candorosas espaldas que se aventuran a salir a la calle el día 28 de diciembre) que son «inocentes», también por sus ingredientes.

Y hacerse con un alijo de estas galletas especiadas (y felizmente congelables) apenas requiere un pelín de amor y ganas de jugar con plastilina.

La masa en crudo sí se pega un poquito más que la original con trigo, pero el resultado vale la pena.

Para una bandejilla generosa, cuenta unas 8-10 galletas de buen tamaño (obviamente, dependerá del cortador que elijas o de la forma que les des, que con las manos se trabaja con mucha facilidad), apenas necesitarás:

  • un huevo,
  • unos 40g de mantequilla blandita,
  • unas 5-6 cucharadas de almendra molida (dependerá del tamaño y de la humedad que tenga el huevo en cuestión), debería quedar una masa manejable pero algo pegajosa, como la plastilina – aunque tampoco es algo excesivamente crítico: si le echamos más almendra, la masa se trabaja con más facilidad pero las galletas quedan menos jugosas/más crujientes (¡y están riquísimas igual!)
  • edulcorante al gusto (yo le echo una puntita de eritritol, mismamente como este),
  • una cucharadita de jengibre en polvo,
  • otra cucharadita de canela en polvo (idealmente, que sea de Ceylán, la “verdadera” que no espachurra el hígado) y
  • una cucharadica de mezcla de especias tipo garam masala (felizmente sustituible por nuez moscada molida o cualquier especia que os guste – difícil será que no quede bien).

Y solo hay que mezclarlo todo, hacer una bola y dejarla reposar en la nevera unos minutos para que endurezca la mantequilla y sea más fácil de manipular.
¡Ve encendiendo el horno a 180ºC!

Cuando la bola esté durilla (ahora agradecerás esas manos frías que te amargan la existencia el resto del tiempo), aplánala alegremente sobre un papel de horno.

Puedes ayudarte con un rodillo (coloca un papel film entre el rodillo y la masa o se pegará cosa mala) para apañar una placa de masa y liberar las galletas una a una, poniendo encima el cortador y presionando. Si no te importa mancharte las manos, yo suelo situar el cortador en la fuente (siempre sobre papel de hornear) y rellenarlo con pegotes de masa directamente (como si fuera más un molde de manualidades que un cortador).

¡Y modela las galletas! Si no tienes cortador con forma de hombrecillo, en modo «bola chafadica a mano» quedan riquísimas igual.

Hornea apenas unos 10-12 minutos (dependerá del grosor de las galletas y del día que tenga el horno también), hasta que estén bien doradas y te pidan a gritos (muy inocentemente) que las saques.

Y ya podrás sujetar una en cada mano y alcanzar ese equilibrio proverbial de toda dieta saludable! 😇

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2 Comentarios

  1. Pepa

    ¡Gracias por dar tanto! Además tu sentido del humor es tan necesario como las recetas. Las hago ahora mismo…
    El rodillo un acierto 🤣
    Un abrazo con todo mi cariño 🤗

    1. Inesuka

      OOoooooh!! Gracias Pepa!!! Bienvenida y un abrazo enorme, me has alegrado el día!!! 🙂

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Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

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