Modo noche

Keto-ferreros de macadamia y trufas tricolor

Aunque mancharéis más cacharros de los que quiero admitir y acabaréis embadurnados de chocolate de pies a cabeza, el botín merecerá la pena. Eso sí. Aseguraos de defenderlo de probadores bienintencionados diversos o, cuando queráis daros cuenta, de él no quedará más que el recuerdo. 

Yo he optado por protegerlo con un valeroso pingüino hecho con un colorido milagro llamado arcilla polimérica o masa para modelar (si aún no sabéis qué pedirle a los reyes magos para vuestros sobrinos, en mi álter blog, Prosopopeya, encontraréis la milagrosa materia prima del pingüinito en cuestión y un «paso a paso» súper fácil), que ha cumplido su labor a la perfección hasta que he llegado yo 😅

El intrépido pingüinito protegiendo el botín, impasible ante la envergadura de una amenaza potencial que se acerca por la retaguardia

 

¡Y hasta aquí el desvarío de rigor!

Ahora en serio. Ya podéis dejar atrás la nostalgia de los ubicuos «ferreros» abarrotados de azúcar y darles color a las míticas (pero ultra-sencillas) trufas de ganache. Tanto si vais a por los ferreros o las trufas, hay que empezar por la susodicha ganache, la masa que conforma las trufas en el mundo no-keto y no-paleo, que es una mezcla de nata y chocolate.

Si no tomáis nata o no es el día feliz en el que os permitís un garbeo por el mundo de los lácteos, las trufas de «chocoaguacate» que tenéis aquí son igual de «ferrerizables» y coloreables.

 

Y es tan fácil de hacer como reunir cantidades iguales de nata para montar y de chocolate bien negro. Para este platito apenas han caído 50g de cada, aunque sabed que quedan estupendas congeladas y vale la pena hacer un buen barreño cuando os pongáis. Empezad por picar el chocolate y calentar la nata. Cuando rompa a hervir, retiradla del fuego en seguida y verted el chocolate picado. El calor de la nata lo derretirá despacito.

Removed unos minutos, hasta que se forme una deliciosa masa espesa. Probadlo a ver si necesitáis edulcorarla un poquito y dejadla enfriar. Metedla en la nevera hasta que esté bien fría o no se dejará manipular bien.

¡Y ganache a punto para ser trufeada y/o «ferrerizada»!

Para los keto-ferreros, solo hay que embadurnar una nuez de macadamia con la masa, rebozar la bola resultante en picadillo de almendra y bañarla con cariño en más chocolate derretido (al baño maría o en tandas de pocos segundos al microondas). Si os tiran más las trufas tricolor, solo tenéis que hacer bolitas de masa y rebozarlas en:

  • coco rallado para las blancas
  • coco rallado con té matcha para las verdiamarillas
  • más coco rallado con una puntita de frambuesa en polvo (a mí me chifla esta de aquí, no conviene abusar, pero apenas una puntita lo tiñe todo que da gusto).

Acabaréis con la pica llena de cacharros por lavar y las manos abarrotadas de ganache, chocolate, picadillo de almendra, coco rallado, té matcha y frambuesa, pero orgullosos y felices. Y cuando las probéis entenderéis por qué conviene asignarle la labor de protegerlas del saqueo a un impertérrito ser inanimado 😇

El keto-ferrero previo al mordisco (y mi valiente escolta antártico fracasando en su intento de mantenerlo a salvo de mí)

Si te decides a regalarte un caprichillo, no dejes de curiosear mis e-books de keto-dulces, que puedes descargarte gratis a cambio de buen karma o también comprar en Amazon, para contribuir a la causa.

 

¡Ojalá te deleiten tanto como a mí! 

¿Te gustaría probar las excelsas maravillas de la arcilla polimérica? Pues encontrarás un montón de ideas locas en mi álter blog.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

Podría interesarte

Este contenido está protegido por copyright. Por favor, para hacer uso de él, contacta con nosotros.