Reto a todo aquel que diga que esta dieta implica renunciar a los placeres de la vida a mirar el bello plato de deliciosas trufas paleo low carb que me he agenciado (en apenas 20 minutos) y reiterar su afirmación. Y aunque admito que os mancharéis las manos, también puedo atestiguar que este fin claramente justifica los medios 😋
Y es que encima son fáciles a rabiar, pero súper distraídas de hacer. Yo me evado por completo de los sinsabores que puedan andar rondándome.
Para la masa base de las trufas de este hermoso plato, me he limitado a mezclar:
- un aguacate madurito y hermoso trituradete
- dos cucharadas de aceite de coco
- dos cucharadas de cacao puro en polvo
- edulcorante opcional (yo no le echo, pero admito que mi rollo con el dulce ha alcanzado cotas que rozan el estoicismo, así que mejor probad la mezcla y que vuestras papilas decidan)
¡Y aquí viene la parte más divertida! Toca decidir de qué haremos las trufas. Mi paleta de colores habitual la conforman tres sabores y medio. El «medio» no llega a la categoría de «sabor» porque consiste en añadir un chorrititín de whisky a la mezcla de chocoaguacate de cualquiera de los otros tres. Aunque confieso que este «medio» lo reservo para cuando me propongo emborrachar a algún incauto (he aquí otro claro fin que justifica los «medios») 😀
Los tres sabores «decentes» son:
Cacao con cacao
El clásico por excelencia. Es la mezcla anterior (después de un merecido reposo en el congelador de unos 10 minutejos para que se deje manipular) hecha bolitas y rebozada con más cacao en polvo. Infalible.
Coco con coco
Una delicia para los amantes del coco (y del cacao). También son bolitas hechas con la mezcla anterior (a la que habréis añadido una cucharadita extra de coco rallado antes del chute de frío), esta vez rebozaditas en coco rallado.
Moka con almendras
He aquí otro clásico de las trufas tradicionales (cuya versión paleo low carb no tiene nada que envidiarle). Resulta una absoluta delicia que obtendréis añadiendo una cucharadita de café soluble a la sempiterna mezcla antes de su reposo de rigor en el congelador.
A mí me gusta rebozar las bolitas de moka en picadillo de almendra, pero obviamente las combinaciones son infinitas, ¡dad rienda suelta a vuestra creatividad!
Confieso que es precisamente a la mezcla de cacao y café a la que suelo añadir ese «medio» de whisky cuando el fin lo merece. No abogo por recomendar el consumo de alcohol pero, ya sabéis, a veces, el fin justifica los medios 😇
QUÉ BIEN TE VEO INÉS!!! DESPUÉS DE TANTO TIEMPO SIGUIENDO TU BLOG, CADA VEZ MEJOR. TU PÁGINA NUEVA ES PRECIOSA.
POR CIERTO, QUÉ OPINAS SOBRE LA HERNIA DE HIATO Y RECOMENDACIONES DE «NO GRASAS», «COMER CADA DOS HORAS»….. ???
NO SE CÓMO ME LAS VOY A ARREGLAR CON LA DIETA LOW CARB….
SALUDOS
Gracias, Rocío!!! Está siendo un curro, me alegro de que se note, leñe! 😀
Pues es un tema peliagudo ese. Sí creo que tiene sentido comer a menudo y poca cantidad por una mera cuestión de dinámica de fluidos (si hinchamos el estómago, la hernia sufrirá). Hasta aquí, ¡todos conforme!
Ahora ya la cosa se complica. Por un lado conviene perder peso (si es que hay sobrepeso, en cuyo caso recomendaría obviamente una dieta low carb feliz) para no añadir más presión sobre el pobre estómago. Pero, por otro lado, se aconseja evitar los alimentos grasos (que son precisamente los que más nos sacian porque permanecen más tiempo en el estómago) para que no nos aquejen el malestar gástrico y el reflujo. Pero mi sentido moral (y mi insulinorresistencia) me impediría recomendar (y/o seguir) una dieta a base de féculas de rápida absorción, así que optaría por un low carb relativo. Ya que no hay que mantenerse saciado mucho tiempo, tiraría de huevos más que de sardinas en lata y sustituiría el picoteo de chocolate con nueces por jamón york sin dextrosa, por ejemplo.
Dicho esto, te diré que no me convence que tengamos que neutralizar el ácido estomacal para evitar el reflujo (al final, lo recomiendan los mismos que abogan por hincharnos a farináceos a todas horas). He leído que es precisamente un pH poco ácido lo que le resta eficacia al proceso digestivo en el estómago, lo que a su vez retiene la comida más rato del que debería, acaba por fermentar y el gas subsiguiente por provocar reflujo.
Pero hasta la fecha no he tenido hernia de hiato, así que solo puedo decirte lo que me parece según lo que he leído aquí y allí. Al final, creo que lo más recomendable es la sana auto-experimentación. Nadie sabrá mejor que tú misma qué te sienta bien o mal. Si ves que comiendo menos low carb te encuentras mejor, quizás debas valorar qué te compensa más. En esto de la nutrición, no todo es blanco o negro, todos somos más bien grises 🙂
Un abrazo y ánimo (si encuentro por ahí info más provechosa te aviso)!!
Inés
MUCHAS GRACIAS INÉS. TE LLEVO SIGUIENDO DESDE TUS COMIENZOS, ASÍ COMO OTROS VARIOS BLOGS BUENÍSIMOS.
YO LLEVO DOS AÑOS EN ESTE TIPO DE ALIMENTACIÓN, PERO NO HE CONSEGUIDO ADELGAZAR. EMPECÉ BAJANDO UN POQUITO Y ESTANCAMIENTO TOTAL.
Y AHORA, LA HERNIA… SOLAMENTE ME FALTABA ENGORDAR SI EMPIEZO A COMER HARINITAS…..
Y EL PROBLEMA ES QUE NO HE ENCONTRADO EN MADRID DIETISTAS QUE LLEVEN ESTA ALIMENTACIÓN. Y A DISTANCIA ES MUY DIFÍCIL.
POR DESGRACIA, NO TODO EL MUNDO ADELGAZA COMIENDO ASÍ. YO LO HAGO POR SALUD, PERO AL NO VER OTROS RESULTADOS, ES DIFÍCIL.
UN SALUDO.