… buenas son setas»
Y es que, ¿quién necesita esa suerte de pan de porexpan pudiendo «bocadillear» un alegre cachillo de carne picada con unos turgentes champiñones portobello/jugosas setas shiitake/hongos diversos (idealmente comestibles)? Ni vosotros, ni nadie en su sano juicio (o fuera de él) o cuando las pruebe, os lo aseguro.
Y el proceso es sencillísimo, como seguro auguráis. Yo me limito a «rellenar» con cebolleta sofrita la caperuza del champiñón después de saltearlo unos minutos con sal y pimienta en una gota de aceite de oliva. Según los antojos que os aquejen (o lo que tengáis en la nevera), podéis ir añadiendo pisos felizmente a vuestra torre-pincho hamburguesil.
En mi casa, la rodajilla de tomate, la hojilla verde de rigor, el toque de mostaza a la antigua y las chips de alcachofa o las «no-patatas» de calabaza con canela son indispensables, mientras que los pepinillos y el queso los relego a la categoría de opcionales. Pero, en previsión (extremadamente optimista) de que esta humilde receta alcanzase a cierta tozuda breva, añadiré que estoy abierta al diálogo 😊