El Multekrem es un delicioso postre tradicional noruego que aúna la untuosa cremosidad de la nata con el dulzor ácido de las moras de los pantanos, unas bayas silvestres escandinavas. Y ya que mi exacerbado egoísmo les mantiene alejados de su gélida patria, a menudo compro el amor de mis amados huskies, Abu y Rida¹, con un par de copichuelas de esta mezcla celestial.
(1) Sí, los meses de confinamiento han conseguido que acabe loca de atar (o que ya no me moleste en disimularlo)
Es tan rematadamente fácil de hacer, como reconfortante de comer. Solo hay que abrir un botecillo de nata para montar, batirla, edulcorarla y verterla en copicas.
Y si tampoco tienes la suerte de contar con bayas silvestres noruegas, echa mano de unas sabrosas fruticas del bosque y conviértelas en coulis, simplemente, poniéndolas a cocer en un chorrillo de zumo de limón con un pelín de edulcorante opcional (mejor pruébalo a ver, que el limón es muy engañoso y las bayas no suelen ser muy dulces). En apenas 10 minutos, obtendrás una mermelada suave que quedará más que sublime con la nata.
Puede que para Abu y Rida la experiencia de escoltar el par de copas de Multekrem no sea comparable a una excursión en trineo, pero ellos son felices igual. Y yo casi que también²
(2). Para más señas, aquí cuento cómo descubrí que soy una musher de pacotilla y por qué prefiero hincharme a nata que montarme en un trineo.
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