Modo noche

Glaciar sangrante antártico (o panna cotta de vainilla)

Ya he encontrado la excusa perfecta para embadurnar impunemente una sublime pero supra-fácil panna cotta de vainilla con mermelada de fresas: disfrazarla de glaciar antártico.

Sí, de verdad. Al este de la Antártida se encuentran las llamadas Cataratas de Sangre, que son básicamente un descomunal chorro de agua color rojo que sale de un glaciar. Se conoce que pelín obsesionada sí que estoy, porque cuando supe de su existencia pensé: «hmmmm… panna cotta… con fresa…» 😅

Aquí las Cataratas de Sangre originales. Parece que su origen es un depósito de agua salada abarrotadito de óxido de hierro, lo que le da su intenso color rojo. [Imagen cortesía de Peter Rejcek]

 

Es tan rematadamente sencilla de hacer, pero queda tan, tan, tan cremosa y exquisita… que he aprovechado la ocasión para «glaciarizarla», con su cascadica roja y todo. Cualquier excusa es buena 😁

Excusas y chaladuras aparte, la verdad es que vale la pena probarla. Puedes cuajarla en vasitos (y presentarlas bellamente sin desmoldar) o echar mano de ese molde tipo cake y «glaciarizarla» alegremente. Sea como fuere, para unas 4-6 personas (según su amor por el dulce), solo necesitas:

  • 4ooml de nata para montar
  • un chorrillo de esencia de vainilla (como esta, que no lleva cosas raras)
  • 4 láminas y media de gelatina neutra (felizmente sustituible por agar agar)
  • edulcorante al gusto
  • un pelín de mermelada de fresa low carb (o no, pero la verdad es que queda tremenda) – yo me he limitado a cocer unos minutos un puñaíco de fresones picaditos en un chorrillo de zumo de limón con un pelín de edulcorante (con un resultado más que óptimo)

Empieza por poner a hidratar las hojas de gelatina en agua fría. Mientras, calienta la nata (con su chorrillo de vainilla y su pelín de edulcorante) hasta que rompa a hervir. Retírala del fuego y disuelve en ella la gelatina hidratada. Remueve bien y déjala templar un poquiño mientras decides qué molde usarás. Si vas a querer desmoldarla, puedes colocar un papel film/sulfurizado para facilitarte la tarea (o recurrir al viejo truco de sumergirlo en agua caliente cuando ya esté cuajada).

panna cotta de vainilla keto sin azucar tarta iceberg mermelada de fresa pingüino antártico
El glaciar sangrante en versión naíf, con el incansable tiburón cantarín y la mamá pingüino suplicándole al universo que el escualo se calle de una vez...

 

Vierte la mezcla templada en los vasitos/molde elegido y a la nevera. Déjala cuajar durante un par de horas antes de servirla. La ventaja del glaciar es que el plan es que la panna cotta quede rota y desigual, así que no hay que tener ningún tipo de cuidado al desmoldarla. Embadúrnala con la mermelada (o no). 

Sea como sea, en vaso o en glaciar… estará sublime. Así que disponte a subir al cielo… o bajar a la Antártida, ¡según! 😅

panna cotta de vainilla keto sin azucar tarta iceberg mermelada de fresa pingüino antártico
Aquí la mamá pingüino ya a salvo de los chillidos del tiburón y su retoño en brazos de Daniel, sabiamente protegido del canturreo ensordecedor por sus orejeras.

 

Las figurinas las ha hecho mi alter ego, Prosopopeya. Si te aburres de hacer pasteles durante el confinamiento, ¡aquí tengo un paso a paso del pingüino! 

Si te decides a regalarte un caprichillo, no dejes de curiosear mis e-books de keto-dulces, que puedes descargarte gratis a cambio de buen karma o también comprar en Amazon, para contribuir a la causa.

 

¡Ojalá te deleiten tanto como a mí! 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Inesuka

Inesuka

Nutricionista, psicóloga y keto coach apasionada (además de feliz superviviente de cáncer, domadora de lupus, insulinorresistente con síndrome de ovario poliquístico y ex-gorda-depresiva-polimedicada).

Podría interesarte

Este contenido está protegido por copyright. Por favor, para hacer uso de él, contacta con nosotros.