¿Cuándo fue la última vez que alguien se puso tan contento de veros que literalmente corrió hacia vosotros y os saltó encima, comiéndoos a besos?
Si la respuesta no es “hoy”… podríais padecer un serio “déficit de perro” 😁
Si es que no existe antidepresivo más eficaz y sensación más reconfortante que un perrico lamiéndote la cara… y unas rosquillas en la barriga. Y estas quedan tan ricas y son tan fáciles de hacer, que lo único que he sido capaz de articular después de probarlas ha sido “guau”.
Si quisierais uniros a mi particular manifiesto anti-déficit perruno (o probar los “rosqui-guaus”, que valen la pena), solo tenéis que echar mano de un molde para donas (con estas cantidades os dará para 6-10 según su tamaño) y mezclar:
- 3 huevos
- 100g de mascarpone
- 1 cucharada de impulsor químico
- 6 cucharadas de harina de almendra
- 2 cucharadas de harina de coco
- un chorrillo de esencia de vainilla (como esta, que no lleva cosas raras)
- edulcorante al gusto
Empezad por encender el horno a 180º. Ni siquiera hay que molestarse en montar las claras aparte ni nada, basta con batirlo todo a lo bruto, colocar la masa en los huequecillos (no los llenéis del todo, que luego sube) y hornear. Gracias a su forma, apenas tardarán 15 minutos en cocerse (haced la prueba del palillo que sale seco).
Veréis qué vicio. Una vez los probéis ya no podréis vivir sin ellos. Estos en particular los he cubierto con un pelín de cacao puro y frambuesa en polvo para mayor colorido y goce visual, pero así tal cual quedan… ¡realmente “guau”!
Alguien dijo que se podía vivir sin perro, pero no valía la pena. Pues lo mismito para las rosquillas
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¡Ojalá te deleiten tanto como a mí!
Rosqui-guaus!!! Somos Zar y Thor y tenemos la gran satisfacció que Inés nos haya dedicado este delicioso dulce! Hay que probarlo ya!!! Te queremos Inés😍🐾🐾🥰 eres la mejor y yo Virginia dueña de estos perritos doy fe
de ello.