Todo el mundo tiene un precio. El mío… es el chocolate.
Afortunadamente, la escasez de ofertas me permite mantener intacta mi integridad, porque confieso que no tardaría mucho en sucumbir y venderme si fuera a cambio de una ración doble de natillas de chocolate 
Y es que las muy traidoras aúnan mi pasión por la crema pastelera, con mi amor incondicional por el chocolate. Así que si compartes mis inclinaciones, quizás vale la pena que destines 15 minutos a la causa y las pruebes.
No tienes más que seguir la receta de la susodicha crema pastelera (alias «natillas de vainilla») y añadirle cacao puro en polvo a la mezcla hasta que el resultado sacie tus ansias chocolateras.
Quedan cremosísimas y obscenamente chocolateadas, tanto para rellenar tartas, tartaletas, muffins, canutillos o lo que fuere que se os ocurra, como para comer a cucharadas. Y si logras que sobre algo, en modo «helado» están… que rozan lo indecible. Menos mal que nadie se molestará nunca en tentarme con una copa de estas, porque admito que mis férreos principios morales tendrían las de perder…
¿Quieres aprenderlo todo sobre la dieta cetogénica?
Echa un ojo a la Keto-Maratón, el programa que condensa una década de estudio obsesivo en apenas 12 horas de audio o vídeo, que terminarás con una sonrisa (y un delicioso menú semanal)… en especial, ¡si usas el cupón EPOPEYA para que se te aplique un 10% de descuento!
Si te decides a regalarte un caprichillo, no dejes de curiosear mis e-books de keto-dulces, que puedes descargarte gratis a cambio de buen karma o también comprar en Amazon, para contribuir a la causa.
¡Ojalá te deleiten tanto como a mí!
