¿Has leído (o visto) Criadas y Señoras (The Help en su versión original)? A mí me encantó. Narra la historia de una pequeña gran victoria que protagonizan un grupo de criadas negras de Jackson, Mississippi, en plena época de lucha activa (y ciertamente peligrosa) en pos de los derechos de los afroamericanos.
Pues Minnie Jackson, una de las protagonistas de la novela, tiene fama de preparar la mejor tarta de chocolate del estado. Y aunque a una en particular le añade un «extra» que no revelaré por si alguien no la hubiera leído/visto, las demás (a pesar de su pinta celestial) son una bomba de azúcar, harina y margarinas diversas. Así que a modo de humilde homenaje a la causa, te propongo una versión exquisita, sin extras, paleo y bastante low carb de la célebre tarta, que (modestia aparte) queda absolutamente demencial. Y no es difícil de hacer en absoluto.
Si te decides a solidarizarte también, solo tienes que apañar la base de la tarta (este molde-cazuelilla mide 18 cm de diámetro) mezclando:
- un huevo
- 40g de mantequilla blandita
- un chorrillo de esencia de vainilla (o no, pero si se puede, sí – esta es la que prefiero yo, que no lleva cosas raras y huele/sabe que podría parar en seco un tren)
- edulcorante al gusto (en el mío ha caído una cucharadita de eritritol)
- 4-5 cucharadas de harina de almendra (dependerá del tamaño del huevo, debe quedar como una plastilina)
- 1-2 cucharadas de harina de coco (si no tienes, no pasa nada, sustituidla por más almendra, simplemente quedará una base más abizcochada)
Y solo hay que hacer una bola y meterla en la nevera en un papel film para que asiente. Mientras, puedes ir encendiendo el horno a 180º y preparando el relleno, mezclando bien:
- 2 huevos batidos
- edulcorante al gusto (en el mío ha caído una cucharada de eritritol)
- 3 cucharadas de cacao puro en polvo
- un chorrillo de la susodicha esencia de vainilla
- 100-120ml de leche de coco (como un cuarto-tercio de lata, según el tamaño de los huevos)
Una vez la masa esté firme, aplánala sobre un papel de horno (que no retirarás hasta que la tarta esté cocida y templada – o mejor fría, para ir sobre seguro) pasando el rodillo por encima del papel film para que no se pegue, igualico que en su paisana tarta de queso, la sublime New York-Style Cheesecake.
Colócala en la base del molde elegido, dale forma contra los bordes, retira el film y vierte el relleno. Y al horno con ella hasta que cuaje (a mí me ha tardado apenas 30 minutos).
Verás qué olor invade la cocina (y sus aledaños…)
Déjala enfriar antes de manipularla, que en caliente se rompe fácilmente (aunque templada y rota está igualmente tremenda, así que tampoco insistiré). La tradición sureña dicta que la tarta se decore con un montoncito de nata montada o merengue en el centro.
¿A que tiene una pinta brutal? Pues espera a probarla y verás qué barbaridad. Y encima sin exponerte a azúcares, harinas o margarinas… ni «extras» poco apetitosos
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