Para dulce, amargo, salao’…y lo que se tercie.
La pasta choux no es más que la eterna masa francesa que se utiliza para hacer tanto lionesas, como éclairs (que básicamente son lionesas larguiruchas) y petit choux (que también son lionesas pero con relleno salao’).
Y esta es mi mejor versión de pasta choux low carb hasta la fecha con mucha diferencia. No es más que un punto medio entre mi muy querido «no-pan» de tahine y mi idolatrado bizcocho «esponjosésamo», así que queda como un mini-pan lo suficientemente blandito para colar como masa de lionesa, pero lo bastante firme como para ser manipulado y rellenado fácilmente.
Y no solo es súper fácil de hacer y queda estupenda congelada, también está absolutamente bárbara, tanto con relleno dulce, como salao’, agrio, amargo o lo que sea que se te ocurra. El único truquiño es añadirle un poquillo de edulcorante a la masa cuando el plan es hacer lionesas/éclairs dulces y sal/pimienta cuando no. Sí te diría que eches mano de unas capsulillas de mini-magdalena, que la masa se pega al molde que da gusto y eso te facilitará muchísimo la vida.
Para agenciarte este lote de 12 lionesitas y 6 éclairs edulcorados (que darían unos 20 petit choux salaos’ si no se me hubiera escurrido un pelín de edulcorante… ), apenas necesitas:
- 2 huevos hermosos (las yemas por un lado y las claras batidas a punto de nieve bien firme por otro)
- 100g de tahine, la sabrosa crema de sésamo
- 1 cucharada de almendra molida
- 1 cucharadita de impulsor químico (bien tamizadito, que no queden grumitos)
- 2 cucharadas de vinagre de sidra (o zumo de limón)
- edulcorante al gusto (si es que vas a por las lionesas/éclairs)
- sal/pimienta (si vas a por los petit choux)
Y solo hay que empezar por encender el horno a 180º, colocar las capsulitas (de mini-magdalenas para las lionesas/petit choux o de mini-sobaos pasiegos para los éclairs) en sus moldecitos y mezclar todos los ingredientes menos las claras con energía.
Después, añade la mitad de las claras batidas sin preocuparte mucho hasta que obtengas una masa uniforme. Ahora sí, la segunda mitad de las claras hay que incorporarla con una espátula y movimientos envolventes, nada de batidoras que se nos fastidia el plan.
¡Y a los moldecitos con ello! Mételos en el horno en seguida. En apenas 10-15 minutos estarán doraditos y listos para ser liberados. En cuanto tus dedos soporten el calor, ya los podrás cortar a modo de mini-bocadillitos y rellenar felizmente. Y aquí cobra sentido eso de «totipotencial». Tanto vale para cobijar nata, trufa, mousse de fresa o lemon curd, como ensaladilla rusa, crema de queso, guacamole o un bacalao a la vizcaína. Y quedará absolutamente tremenda.
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