Para que mis bienamados anfitriones de cenas temáticas de Halloween no pierdan la motivación y las ganas de sorprender, he aquí otro pincho espeluznante (pero delicioso): los pulpitos asfixiados (que solo con los siniestri-pimientos rellenos, los huevos aracnofóbicos, los grisines-dedos de bruja y/o la terribili-crema de calabaza no creo que tiréis).
Y ya que los pulpitos vienen ahogadicos en crema de calabacín, provecho para daros mi receta infalible y ultra-sencilla paleo-especiada (que no necesita ni crema de leche, ni quesitos, ni aderezo alguno).
Sencillamente, hay que cortar en cachillos un par de calabacines y una cebollica, cubrirlos de agua y ponerlos a cocer (tapaditos mejor). En apenas un cuarto de hora estarán listos para ser salpimentados, enriquecidos con una cucharada de mezcla de especias garam masala (o no, aunque nunca sobra un buen chute de fitoquímicos) y alegremente triturados.
Y ya tendréis la crema lista para ahogar moluscos diversos.
Aquí podéis descongelar unos deliciosos pulpitos encebollados (que vuestro previsor yo del pasado tuvo a bien guardar para vuestro yo del presente) o proceder a cocerlos directamente descongelados, como yo hoy.
Aunque siempre podéis tirar de chipirones vuelta y vuelta, que los pulpitos un pelín duros sí quedan si no se cocinan en plan lento, ¡pero los calamarcitos o las sepionas no!
Decidid el molusco a ahogar según lo vagos que amanezcáis, el tiempo de que dispongáis o lo que buenamente tenga de oferta el pescadero. Todos quedarán igual de angustiosos 😀
Una vez decidido y cocinado, solo quedará montar el pincho. Verted la crema de calabacín en sus vasos y ahogad al cefalópodo de elección.
¿A que queda curiosamente cuco pero repulsivete? Pues además está tremendo, así que asumid que os colgarán el sambenito de anfitrión de Halloween vitalicio por mucho que pataleéis y/o protestéis.
UN ABRAZO A TODAS LAS VALIENTES QUE HAN SUPERADO O ESTÁN LUCHANDO POR UN CÁNCER, HOY, EL DÍA DEL CÁNCER DE MAMA.
EN ESPECIAL, UN FUERTE ABRAZO A INÉS, QUE ES UN EJEMPLO DE SUPERACIÓN.
Me sumo a tu abrazo a todas las valientes. Gracias, Rocío!