Éxito no es vencer siempre, sino no darse por vencido nunca.
Así que si la «vieira con alcachofa y panceta crujientes para conquistar», la» cena rompe-hielos (en tres asaltos) para enamorar» o incluso las «alcachofas fritas con foie micuit (para quitar er sentío)» no han logrado que vuestro objetivo caiga derrotado ante vuestras habilidades culinarias… llegó el momento de sacar la artillería pesada.
He aquí la crema bicolor hipnótica, una deliciosa mezcla de cremas maravillosamente paleo, vegana y low carb, dispuesta a modo de círculos concéntricos estrellados con el astuto propósito de que quien la mire fijamente (cosa que hará quien se la encuentre ante sí sobre la mesa) caiga (presa del desconcierto y la confusión) en una suerte de duermevela hipnótica.
No os puedo asegurar que funcione (de hecho, tengo la vaga sospecha de que infalible del todo no es), pero es tan rematadamente fácil y queda tan cuca y deliciosa, que bien vale la pena intentarlo. Solo tenéis que apañar, por un lado, una buena dosis de crema de col lombarda y, por otro, una exquisita crema de calabaza (aunque sospecho que con la soberbia crema de puerro o la de calabacín el efecto hipnótico es el mismo).
Los círculos concéntricos para estrellar se consiguen vertiendo cucharones alternos de cada crema en el centro del plato y confiando en que los dioses de la dinámica de fluidos se solidaricen con la causa. Si las dos cremas tienen densidades similares y el plato está paralelo al suelo, no suelen poner obstáculos 😊
Y el plan es sorprender vilmente y atacar a traición (aprovechando la vulnerabilidad momentánea del objetivo) antes de que el efecto de la maniobra de distracción se desvanezca. No os durmáis en los laureles, que esta crema desaparece en un plis plas, logre su propósito hipnotizador… o no¹.
(1) En cuyo caso, siempre podéis recurrir disimuladamente al viejo truco del colgante que se balancea 😀